Un vidente, médium, hipnólogo y brujo de magia negra –como así se presentaba él mismo en el programa de Cuatro First Dates– movía presuntamente los hilos de la red que extorsionaba a personas famosas de la sociedad valenciana con encuentros sexuales con menores, sin que sus víctimas supuestamente conocieran su edad real hasta que ya era demasiado tarde y la organización comenzaba a chantajearlos para no difundir unas imágenes comprometedoras que podían llevarlos a ser acusados de abusos sexuales a menores. El caso del valenciano Francis Montesinos, cuyo asalto violento a su domicilio de Llíria en octubre del pasado año puso el foco mediático en esta trama que se ha saldado por el momento con la detención de seis personas, entre ellos el propio modisto, en su doble condición de víctima e investigado.
Las investigaciones de la Guardia Civil, remitidas en su día al Juzgado de Instrucción número cinco de Llíria, situaban al ‘monje vidente’, de 50 años, como presunto cabecilla de la organización de extorsionadores junto a uno de los menores detenidos. El sospechoso, que actuaba a modo de captador de las víctimas moviéndose en su entorno, ganándose su confianza para después llevar a los menores a sus casas, se encuentra en busca y captura por estos hechos.
El peluquero Tono Sanmartín, otra de las víctimas, acudió ayer a declarar a la Fiscalía de Menores
Tono Sanmartín reconoce que fue chantajeado por la trama que extorsionó a Montesinos
Otra de las víctimas de la trama, que solo figura como afectado al no haber llegado a producirse encuentro alguno con los menores, es el conocido peluquero Tono Sanmartín, que acudió ayer a declarar ante la Fiscalía de Menores de València, ya que dos de los arrestados eran menores de edad cuando se produjeron las extorsiones.
Tono Sanmartín negó a su salida de los juzgados haber pagado dinero alguno a dicha red, aunque sí admitió que intentaron extorsionarlo, pero que finalmente él no accedió. «A mí ni me gustan los menores ni la gente joven», remarcó el peluquero valenciano, quien explicó el modo de actuar de dicha red. Son gente que se dedica a extorsionar a personas que son «un poquet populars socialment». «Estos te demanen el oro y el moro», apuntó sin dar cantidades. Aunque de las investigaciones se desprende que la trama llegó a exigir hasta medio millón de euros a algunas de sus víctimas, pero solían rebajar su pretensiones económicas para garantizar así parte del pago. En caso de Francis Montesinos llegaron a bajar hasta los 10.000 euros viendo que el modisto se negaba a pagar para evitar que difundieran el vídeo en el que aparece con un menor.
Sobre la persona que actuaba como intermediario, Tono Sanmartín lo describe como «un personaje que se introdujo dentro de la sociedad valenciana» y que una vez que fue acogido en este entorno «este sujeto» se dedicaba a captar a sus víctimas.