El papa Francisco creó ayer a 21 nuevos cardenales, entre ellos, tres argentinos, a quienes convocó a trabajar junto al resto de los purpurados por un «proyecto común» en la Iglesia, en un nuevo gesto de renovación de la Curia romana con el que busca universalizar al cuerpo que deberá elegir a su sucesor y reducir la influencia de Europa entre los eventuales votantes de un nuevo pontífice.
El Pontífice encabezó ayer su noveno Consistorio público como Papa en la plaza San Pedro, con el que oficializó la creación de los nuevos purpurados, entre los que están los argentinos Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; el arzobispo de Córdoba Ángel Rossi y el fraile Luis Dri, de 96 años, quien no estuvo presente y recibirá las insignias en Buenos Aires.
«El Colegio Cardenalicio está llamado a asemejarse a una orquesta sinfónica, que representa la sinfonía y la sinodalidad de la Iglesia», les dijo el Pontífice a los nuevos purpurados.
A partir de este sábado, el Colegio Cardenalicio quedará compuesto por 242 miembros, entre ellos 137 cardenales considerados «electores» por tener menos de 80 años y con derecho a voto en un eventual cónclave para elegir a un nuevo Papa. Según las estadísticas oficiales, de esos 99 cardenales con derecho a voto, el 72%, fueron creados por Francisco a lo largo de sus 10 años como Papa.
Con las nuevas creaciones, el Papa confirma la universalidad y descentralización de los cardenales que pueden elegir a un futuro pontífice. De los 137 eventuales votantes en un nuevo cónclave, en el que habría representados 71 países, solo 52 purpurados serían europeos.