La reelección de Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados es lo que Javier Milei esperaba para lanzar el llamado a sesiones extraordinarias del Congreso, que sería inminente y que le reclama toda la oposición, aunque la lista de temas a tratar sigue en el eje del conflicto porque el Gobierno no tiene un acuerdo nítido con los bloques dialoguistas.
Tras varias reuniones y conversaciones en Diputados y en la Casa Rosada, el oficialismo logró despejar el camino para que Menem, hombre de confianza de la secretaria y hermana presidencial Karina Milei, continúe al frente de la Cámara baja. A pesar del malestar que hay en todas las bancadas con la Casa Rosada, primó la «responsabilidad institucional» de dejarle lugar (tercero en la línea de sucesión presidencial) a un diputado de confianza para el Gobierno.
Ese fue el argumento central que esgrimió Cristian Ritondo, jefe del bloque PRO donde hoy muchos mastican bronca con la administración de Milei por la caída del proyecto Ficha Limpia y porque les cortó el diálogo. Pese a haber sido su principal aliado, hasta este miércoles fuentes de la bancada confirmaban a iProfesional que nadie los llamó para charlar sobre el temario de las extraordinarias.
La misma situación se da con otros espacios dialoguistas con la UCR, pero todos votaron igualmente a favor de la reelección de Menem por la misma razón, mientras que solo la izquierda y Unión por la Patria no acompañaron, aunque la bancada kirchnerista se abstuvo, una decisión mucho más amable que la de votar en contra.
Martín Menem, ratificado en Diputados: ¿por qué era un paso clave para Javier Milei?
De todas formas, durante la sesión preparatoria en la que también se eligieron a los vicepresidentes (primera Cecilia Moreau de Unión por la Patria, segunda Silvia Lospennato del PRO y tercero Julio Cobos de la UCR) los discursos tuvieron numerosas críticas y reproches contra el manejo del Congreso por parte del oficialismo.
Allí se coló el persistente reclamo por el Presupuesto 2025 que Milei dejó en suspenso, críticas por la falta de designación de autoridades en la Auditoría General (AGN) y varias menciones al escándalo por la detención del senador nacional de origen peronista y actual aliado del oficialismo Edgardo Kueider. Sobre todo por parte de la izquierda y del kirchnerismo, que intentó usar el caso para sembrar sospechas sobre su relación con el Gobierno.
Menem evitó agitar polémicas y, por el contrario, agradeció la designación y se ocupó de responder solo algunos de los cuestionamientos sobre el manejo de la Cámara. «Más allá de errores que seguro cometí y han sido muchos, todos los bloques pueden dar fe de la buena intención que hubo y la apertura al diálogo«, afirmó el riojano.
Además, defendió el cumplimiento a rajatabla de los 30 minutos de tolerancia para dar por caída una sesión por falta quórum, algo que le criticaron sobre todo la segunda vez que se frustró el proyecto Ficha Limpia, y negó las versiones sobre un pacto con el kirchnerismo para frustrar esa iniciativa a cambio de mantenerse en el cargo. «Es absolutamente falso y constituye una falta de respeto a la libre determinación y voluntad de todos los legisladores», apuntó.
La amenaza de dejar la sesión preparatoria sin quórum por el malestar del arco opositor con el Gobierno nunca tuvieron suficiente eco y finalmente no se concretaron, pero igualmente el oficialismo tuvo que moverse para asegurar la reelección de Menem. La importancia que le otorgaban a esto quedó de manifiesto con la presencia de Karina Milei y el vocero presidencial Manuel Adorni, en los palcos de la Cámara de Diputados.
Días atrás, Menem mantuvo una reunión con los diputados Miguel Pichetto y Emilio Monzó, referentes del bloque Encuentro Federal con sobrada experiencia en el manejo parlamentario. El riojano pareció aludirlos sin nombrarlos en su discurso, al agradecer a «distinguidos colegas» que lo «aconsejaron» en «los días previos» a la sesión.
Fue el primero de los encuentros que organizó el riojano para tratar de asegurarse el consenso en torno a su continuidad, que varias veces había sido puesta en duda. Pero además, el día anterior a la sesión Pichetto visitó la Casa Rosada y se reunió con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y a Eduardo «Lule» Menem, mano derecha de Karina Milei, se lo vio por los pasillos de Diputados.
Todos esos encuentros tuvieron dos tópicos en común, según supo iProfesional: la sesión preparatoria y la expectativa por el llamado a extraordinarias y el temario. Todos querían saber si incluiría el Presupuesto 2025. El oficialismo, sin embargo, decidió jugar al misterio hasta último minuto y dejar trascender sus intereses, sin confirmar ni descartar nada.
Además de la condición de tener asegurada la continuidad de Martín Menem, el Gobierno hizo circular que no llamaría a extraordinarias si no contaba con la garantía de que sus iniciativas prosperarán. Luego, cuando la sesión de Diputados quedó encaminada, fuentes del oficialismo deslizaron a iProfesional que la convocatoria «es inminente» y que sería para el corriente mes o para febrero. Sin embargo aquella garantía, por ahora, no aparece en la oposición dialoguista.
Tal y como hizo con los gobernadores y el Presupuesto, Milei decidió tensar la cuerda al máximo y mantener firme su intención de incluir la eliminación de las elecciones primarias (PASO) que apoyaría el kirchnerismo pero no el PRO ni tampoco buena parte de la UCR, entre otros temas que agravan la disputa que ya arrastra con la oposición dialoguista por la exclusión del Presupuesto 2025.
Milei prepara el llamado a extraordinarias: pulseada y posible sorpresa en el temario
Fuentes de la Casa Rosada deslizaron en las últimas horas que el Presupuesto 2025 solo se destrabaría si los gobernadores y los legisladores lo «aceptan tal cual está». Remarcan que «no va a haber negociación» y por eso quedaría afuera de las extraordinarias si no hay ningún cambio sorpresivo. Lo mismo ocurriría con el proyecto de Ficha Limpia.
Además de la eliminación de las PASO, el Gobierno incluirá el proyecto que modifica el financiamiento de los partidos políticos, que limita los aportes del Estado a la campaña electoral y abre más la puerta a la contribución de privados. La reforma política será una de sus prioridades. Otro tema es la llamada «ley anti mafias» que tiene media sanción de Diputados y debe ser aprobada por el Senado.
En el listado tentativo figuraban el proyecto de juicios por jurados, el de juicio «en ausencia» (que busca que los procesos como el caso AMIA avancen aunque los imputados no están presentes) y en las últimas horas el Gobierno filtró que evaluaba incluir una iniciativa muy polémica para que los legisladores ya no tengan fueros que impiden su arresto.
Sería un tema que desataría controversia si deciden sumarlo, por varios motivos. Primero, porque los fueros están garantizados por el artículo 69 de la Constitución Nacional. Segundo, por el escándalo en torno al caso de Kueider, que el kirchnerismo le factura al Gobierno por tenerlo de aliado. Y tercero, porque Milei lo usará para exaltar su discurso «contra la casta» y tratar de poner a sus rivales políticos una vez más en un lugar incómodo frente a una sociedad.
Según las fuentes consultadas, en Casa Rosda siguen marcando su interés por la privatización de Aerolíneas Argentinas y los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla por la Corte Suprema, que están pendientes precisamente en el Senado, hoy convulsionado por el escándalo de Kueider que podría restarle un voto al oficialismo.
Junto a esos pliegos, también incorporarían otros para cubrir vacantes de jueces, fiscales y defensores públicos en todo el país, que llegan casi a un tercio del total del Poder Judicial según estiman en el Gobierno. Sin embargo, en las últimas horas el tema Justicia volvió a entrar en duda.
¿Cómo está el clima con la oposición y el PRO?: la pelea por los proyectos
El problema para el Gobierno y el incordio para el Congreso es que casi nada de ese temario tiene hasta ahora consenso entre los bloques más dialoguistas. Por empezar, el intento de derogar las PASO encuentra al PRO en la vereda de enfrente. Su propuesta es mantenerlas pero que no sean obligatorias.
La Casa Rosada, por ahora, ignoró esa contraoferta y sostiene su idea, que genera suspicacias en el partido liderado por Mauricio Macri por el temor a una estrategia de los libertarios para doblegarlos al momento de negociar el armado de una alianza electoral, hoy muy en duda. Tampoco le gusta a la UCR, que está prácticamente partida entre los más dialoguistas y los más duros con Milei.
Los jueces de la Corte no llegan hasta ahora a reunir la mayoría de 48 votos que se necesita. En la Rosada aseguran que están tratando de «construir una mayoría». El kirchnerismo les ofrece (de forma bastante abierta) votar a Lijo pero reemplazar a García Mansilla por una mujer, pero el Gobierno insiste en que quiere a «los dos o ninguno». El shock en el Senado con el caso Kueider tampoco ayuda. La opción de nombrarlos por decreto sigue sobre el escritorio de Milei.
El proyecto de privatización de Aerolíneas Argentinas nunca encontró consenso en la Cámara de Diputados, por eso no se aprobó durante las sesiones ordinarias y la reforma de partidos políticos también genera división en los bloques. Solo la «ley antimafias» reúne hoy cierto consenso comopara avanzar. Sin emabrgo, el oficialismo aspira a encontrar apoyos en el peronismo, al menos para la reforma política.
En cualquier caso, la ratificación de Martín Menem al frente de la Cámara de Diputados dejó ahora todas las miradas del Congreso puestas en la decisión de Javier Milei sobre el llamado a sesiones extraordinarias. El Gobierno lo promete hace tres semanas y esta vez, dicen en la Rosada, cumpliría. Sin embargo, la falta de acuerdos y la rigidez que el Presidente convirtió en una estrategia política hace que todas las opciones estén abiertas siempre hasta último minuto.