«Pensamos que tendría una extensión de 60 metros, si llegábamos a 80 sería una locura. Pero, finalmente cuando la medimos tenía 100 metros con 40 centímetros», contó Miguel Galarza, quien junto a su hermano son dueños de la empresa goyana que esta vez decidió elaborar una torta milhojas para reunir recursos que distribuirán entre 3 entidades locales.
Así, lo que comenzó como una propuesta solidaria de pequeñas dimensiones, se fue agrandando con el paso de los días. Sucede que integrantes de la fundación Agrupar, de Munay Goya y de la entidad que brinda asistencia a perros que son abandonados en las calles -como destinatarias de lo recaudado por la comercialización del postre – se ocuparon de recolectar pedidos.
Considerando esto, fueron muchas las personas que intervinieron en la cruzada solidaria. Es que además de los compradores, «sólo en la parte de pastelería que incluyó el amasado, horneado, relleno y decoración, trabajaron 17 personas. Y otras 4, intervinieron en la logística», precisó Miguel en dialogo con República de Corrientes.
Traslado
Es que, una vez terminada la elaboración, tenían que hacer el traslado al lugar donde se concretaría la venta. Es decir, a un local grande y vidriado del matrimonio integrado por Alejandro Pittaluga y Patricia Solari «que lo preparó para alquilar y que gentilmente lo cedieron para este evento», destacó Miguel Galarza.
No solo las instalaciones eran adecuadas, sino también la ubicación. Es que están ubicadas a dos cuadras de la casa central de Panificadora Galarza Hnos. «Comenzamos con el traslado, el jueves a las 17, porque ahí había que hacer el relleno y la decoración para la venta que finalmente se concretó el pasado viernes 1. No podíamos hacerlo con varios días de anticipación, porque dejaría de ser una elaboración nueva, algo que precisamente caracteriza a la pastelería que brindamos», expresó a este medio.
Luego, comentó que cuando comenzó la venta de la torta milhojas, el 70 % de ella ya estaba encargada. «Al principio, empezaron a llegar personas que no habrían anticipado que querían y nos asustamos, porque pensamos que no podríamos cumplir con los pedidos. Pero logramos el objetivo e inclusive, esa tarde elaboramos algunos más para los que vinieron a comprar», rememoró Miguel, quien hace más de una década se jubiló como empleado bancario y ahora se dedica exclusivamente a la empresa que tiene con su hermano.
«Para ser equitativos, se estableció una porción que era casi idéntica. Algunas tenían 970, otras 1020 gramos, pero tratamos de que todas tuvieran el mismo tamaño», aseguró el goyano, quien señaló que la torta -en total- pesó 540 kilogramos.
Imitar
Si bien, los hermanos Galarza son conocidos en Goya y varias poblaciones correntinas por los productos que elaboran, Miguel subrayó: «Lo único que anhelamos es que nos imiten. Si todos brindamos algo de lo que tenemos, creemos que la situación general mejorará».