Abuelos sin techo: un hogar recibe a jubilados que no tienen casa propia ni el dinero para pagar un alquiler

Un informe de Telenoche mostró como una asociación civil ayuda a adultos mayores quienes, de no ser por esta posibilidad, se encontrarían en situación de calle.

12 de septiembre 2023, 00:28hs

Conseguir alquilar una vivienda en la Argentina es un problema a cualquier edad. Aunque esa precariedad se acentúa en el caso de los adultos mayores que cobran una jubilación mínima y que, además, no cuentan con una red de contención familiar. Ese es el caso de 14 personas de entre 69 y 90 años que viven en el hogar fundado por la asociación civil creada por el sacerdote Pablo Tissera en Vicente López.

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Juan Luis es un jubilado de 79 años que vive en el hogar junto con su esposa. Contó a Telenoche que, si no fuera por este alojamiento, tendrían que vivir en la calle. “Pagábamos un alquiler que comenzó costando $10.000 y de a poco fue subiendo hasta llegar a $30.000. Estuve mucho tiempo sacando préstamos. Entre los dos cobramos $110.000 y vamos a seguir pagando deudas hasta que ya no estemos acá”, remarcó.

Gabriel Langlais es uno de los integrantes de la asociación que coordina el albergue y explicó que ya no dan abasto para atender la demanda de alojamiento. “Pasamos de tener una llamada por semana a recibir dos o tres por día de personas desesperadas que buscan alojamiento. Desafortunadamente ya no tenemos lugar”, lamentó.

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Además contó cómo funciona la asociación. “Esto se construyó pensando en la soledad del adulto mayor. Esa era la preocupación que tenía el padre Tissera. Hoy esa realidad cambió y lo que se busca es un lugar donde vivir. Pensá lo que es pagar garante, depósito, comisión inmobiliaria y más el alquiler cobrando $80.000″, remarcó Langlais. También señaló que los requisitos para poder ingresar al alojamiento es cobrar la jubilación mínima, estar bien de salud y estar dispuesto a tener una buena convivencia que es clave para el funcionamiento del hogar.

Isabel tiene 82 años y es otra de las jubilada que vive en ese lugar. “Me anoté y gracias a Dios pude venir. Yo alquilaba un departamento de un ambiente en Olivos, pero justo que tenía para renovar y, sí no venía a esta casa, iba a tener que pedir un crédito para alquilar”, señaló. Asu vez, Marilú de 74 años, dijo: “Vivía en una pensión. Por suerte estamos acá porque nos alcanza para comer y porque, si bien el PAMI la medicación, hay algunas casos en los que también tenemos que poner de nuestro bolsillo”.

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Langlais también contó que la idea del padre Tissera era que los abuelos tuvieran un espacio para no estar solos. Sin embargo esa realidad cambió. “Lo que esperamos es que se abran nuevos lugares como estos para que puedan recibir a más personas. Aunque lo ideal sería que no hicieran falta”, concluyó.