Walter Benítez palpita su momento más esperado: el debut en la selección argentina

Walter Benítez será la cara nueva del seleccionado argentino en el amistoso de esta noche ante Costa Rica, en Los Ángeles (23.50 de nuestro país). Un puesto sensible, porque le tocará reemplazar nada menos que a Emiliano Dibu Martínez. Sustituirá a un intocable en el arco, a un ídolo de multitudes que este martes cederá su lugar por decisión de Lionel Scaloni, a quien lo mueve la idea de seguir probando nombres con la mirada puesta en la Copa América y, más allá en el tiempo, en el Mundial 2026. Por eso es que el DT confía en este guardavallas de 31 años nacido en General San Martín, a 120 kilómetros de la capital chaqueña. Por fin, después de tanta espera y luego de más de un fastidio por sentirse rechazado, Benítez sumará sus primeros minutos con la camiseta celeste y blanca. Hasta ahora llevaba seis partidos como suplente: tres por Eliminatorias y otros tres por amistosos (Indonesia, Australia y El Salvador).

“Nunca pierdo las esperanzas de la selección argentina. Yo sigo trabajando y tratando de dar lo mejor para que algún día me convoquen. Hoy no se da, mañana quizá sí. No bajo los brazos. Es un objetivo que tengo y no lo voy a resignar. Me siento con la misma capacidad de los arqueros que están en la selección”, le había revelado a LA NACION el 7 de septiembre de 2022, unos tres meses antes de que llegara la tercera Copa del Mundo para la Argentina, y con Dibu, Gerónimo Rulli y Franco Armani en la nómina oficial del Mundial de Qatar. Eran tiempos en los que el chaqueño empezaba a asentarse en PSV Eindhoven, después de seis temporadas en Niza.

Walter Benítez, junto a los otros arqueros de la selección en la gira por los Estados Unidos

La realidad deportiva de Benítez en Países Bajos es fabulosa, ya que su equipo marcha puntero invicto de la Eredivise, con 23 victorias y tres empates en 26 encuentros. Una campaña en la que, a falta de ocho jornadas, su conjunto le saca 10 puntos a su inmediato perseguidor, Feyenoord. Lo más llamativo es que la temporada arrancó con 17 triunfos consecutivos, 59 goles a favor y 7 en contra, todos con Benítez como titular. Es una máquina el equipo que conduce Peter Bosz, un veterano de 60 años, que se inclina por el clásico 4-3-3.

Benítez no se trata de un auténtico desconocido en nuestro medio, pero… casi. Nacido en Chaco hace 31 años, ferviente admirador del bajo perfil y alejado del show, es algo así como el Dibu Martínez del silencio. Es buenísimo, pero prefiere que la mayoría no lo note. De la casa al trabajo y del living al arco: así vuela por los aires el otro gran arquero argentino que triunfa en Europa.

“A Dibu lo considero uno de los mejores arqueros del mundo. Es un arquerazo impresionante que demuestra todos los días, en cada entrenamiento, lo que es. Yo creo que va a seguir por este camino, mejorando y creciendo como portero. Para nosotros es un orgullo y para mí es importante poder tenerlo al lado, estoy aprendiendo muchas cosas junto con él y de los otros arqueros”, sostuvo, al entrenarse a su lado en un fugaz tiempo de selección. Aunque en los últimos días, convivió con el campeón del mundo y con las otras estrellas, una experiencia invalorable que soñó cada vez que apoyó su cabeza en la almohada.

Walter Benítez alienta a sus compañerosDeFodi Images – DeFodi Images

Su presentación fue en Quilmes, bajo la órbita de Ricardo Caruso Lombardi. Fanático de San Lorenzo, tiene como ídolos a Sebastián Saja y Sebastián Torrico. Tanto, que no se olvida de un histórico 0-0 en Liniers, un tapadón del Cóndor que significó un título local. “Es impresionante lo que él hizo y el cariño que le tiene la gente. Aquella tapada ante Allione que nos da el campeonato en Liniers, es la atajada soñada y la elijo por encima de cualquier otra de él, tanto en mi lugar de hincha como de arquero”, recuerda.

Pudo haber ido a Independiente, también a Boca. Pero prefirió cruzar el océano rápidamente, a los 23. Seis temporadas en continuado en Niza, casi dos años en PSV. Hasta Didier Deschamps, el entrenador del subcampeón mundial, buscó nacionalizarlo alguna vez, pero siempre prefirió la camiseta celeste y blanca, más allá de que las citaciones fueron esporádicas. Lionel Scaloni lo llamó más de una vez, pero su fortaleza, personalidad y vuelos de pájaro merecían otro marco en su historial.

Impactante imagen del Mudo Benítez, en las alturasInstagram @walterbenitezoficial

Alguna vez, mostró cierto fastidio en redes sociales (”sin comentarios”, rubricó, ante una nueva ausencia en las nóminas del seleccionado), aunque jamás buscó fama de personaje extrovetido, tan común en un puesto ingrato. “En la Argentina si no jugás en un grande, no se habla mucho de vos. Pero, al margen, sé que para que la gente hable de mí, y sobre todo la gente que yo necesito que sepa lo que hago, tengo que meterle trabajo y buenas actuaciones”, contó, alguna vez.

Se lo conoce como el Mudo. La temporada 2018/2019 fue mágica, luchó por el premio de “mejor arquero” con rivales como Gianluigi Buffon cuando estuvo en París Saint-Germain y Mike Maignan, por entonces en Lille. Tres años después, consiguió la defensa menos vencida de la Ligue 1, con 36 tantos y mantuvo el arco invicto en 14 encuentros. Y hasta llevó la cinta de capitán.

A mediados de 2022 el PSV lo blindó y le hizo un jugoso contrato hasta 2025. En su primera temporada, alcanzó 13 arcos en cero. “Estaba esperando la oportunidad, siempre es bueno estar con la selección. Es importante, trabajo para esto y para mí es un orgullo poder estar con la selección”, contaba, en la convocatoria de la doble fecha de eliminatorias, de Ecuador a Bolivia.

Un saque de arco de Benítez, rápido de reflejos con las manos y con los piesSoccrates Images – Getty Images Europe

Suele fijarse en Manuel Neuer y Marc Ter Stegen, su techo es seguir atajando más allá de los 40 años (una década más, al menos) y no piensa volver a la Argentina, de donde se marchó en 2016. “Mi idea es seguir en Europa la mayor cantidad de tiempo posible. Estoy adaptado, me gusta el nivel competitivo de acá. Estoy muy feliz con mi carrera, cumpliendo los sueños desde que empecé en Quilmes. Uno nunca sabe hasta dónde puede llegar. Por eso lo disfruto, siento que estoy en la mitad de mi carrera”, le contó a LA NACION, un año y medio atrás.

En la travesía de su carrera, ataja cada día mejor. En silencio, sin levantar la voz. Como más le gusta. Este martes, le llegó la hora para cumplir otro hito de su carrera.

LA NACION

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