miércoles, 11 diciembre, 2024

Gestos rebeldes en el fútbol

Los gestos rebeldes en el fútbol no son parte de un gran acervo en este deporte. Cuando aparecen, muchas veces, se torna factible (y hasta necesario) volver sobre ellos y recordar a quienes supieron decir que no. Reconstruir los pasos de esas actitudes o jugadas que se corrieron de la espectacularidad, tan solo para defender la más pura diversión o exponer una cadena de montaje que manifiesta una única pretensión: el show debe continuar.

Detrás de esas huellas díscolas, se pueden postular al menos 10 expresiones icónicas – seguramente en esta selección queden muchas afuera– de jugadores a los que la prensa y el mundo de la pelota, han bautizado como “rebeldes”. En estos nombres que se exponen a continuación, lo que se visibiliza es una gesta contracultural y un mundo simbólico que se entrelaza con una frase muchas veces denostada: todo acto es político.

Diego Maradona

Único jugador que se enfrentó a la FIFA. «Ha sido el primer rebelde en el mundo del fútbol profesional», postuló Eduardo Galeano. Los dichos de Maradona hacia la entidad que se conoce como «la casa del fútbol», son históricos. Su batalla con Joseph Blatter, a quien supo tildar de «corrupto», entre otras cosas, reveló detalles de algo que nadie se animó a decir y se adelantó a lo que luego terminaría desenmascarado en el famoso escándalo del «FIFA Gate» (la trama de corrupción detrás de las adjudicaciones de las Copas del Mundo a Rusia y Qatar). «Blatter es un dictador vitalicio. Carece de la inspiración y la pasión que se encuentran en el mismo corazón del fútbol», supo decir el Diez.

Juan Román Riquelme

El actual presidente de Boca, en abril de 2001, en un partido contra River, dejó en claro de que «lado de la cama duerme», como le dijo Alejandro Dolina a Pablo Ladaga en una reciente entrevista. El ex 10 Xeneixe, aquel día festejó su gol de penal de una manera muy particular. Se paró en la mitad de la cancha, puso las manos detrás de las orejas, miró fijo su objetivo y nació el «Topo Gigio». «El festejo es para mi hija porque le encanta el Topo Gigio», dijo en tono irónico a los medios, pero lo cierto es que estaba dedicado para Mauricio Macri, en ese momento presidente del club, quien celebraba en el palco presidencial. Riquelme había roto relación con la dirigencia porque no aceptaron su pedido de mejora salarial y su respuesta fue ese gesto insurgente que quedó para la posteridad.

Lionel Messi

La máxima estrella del fútbol mundial, emuló ese festejo de Riquelme en el partido que la Selección Argentina jugó frente a Países Bajos por los cuartos de final del Mundial Qatar 2022. Su decisión de festejar como lo hizo el ex Xeneixe, se remonta a los dichos de Louis Van Gaal en la previa del partido. «Por supuesto que Messi es su jugador más peligroso y creativo. Por otra parte hay que decir que no participa mucho en el juego cuando el adversario tiene la pelota. Ahí está nuestra oportunidad». La actual figura de Inter Miami, después de convertir el penal, se corrió de su habitual corrección política y colocó sus manos detrás de las orejas. Dos décadas después, el Topo Gigio regresaba a las canchas como una cita rebelde.

Éric Cantona

El delantero francés en 1995 vestía la camiseta de Manchester United. En un partido frente a Crystal Palace, mientras se retiraba a los vestuarios por una expulsión, un aficionado del Palace le gritó: «ándate a tu país bastardo de mierda, volvete a Francia». Cantona saltó los carteles del campo de juego con una patada karateca que fue directo a ese hincha. Aquella acción recorrió el mundo y despertó indignación en las autoridades del fútbol, quienes lejos de reprobar la xenofobia de esos dichos, buscaron el perdón del jugador francés. Su respuesta fue clara: «Patear a un fascista fue lo mejor que hice en toda mi carrera».

Sócrates

Se enfrentó a la feroz dictadura brasileña que silenció su país por dos décadas. El exquisito mediocampista, también médico –no por nada lo apodaban «doctor»–, durante su etapa como jugador de Corinthians, en medio de la tiranía, creó un sistema democrático para tomar decisiones, la famosa Democracia Corinthiana. De esa manera, los jugadores tomaron el poder y todo se decidía a través de una votación. Desde el método de trabajo, los sistemas de juego, los horarios de entrenamiento, hasta la distribución del dinero. «Ganar o perder, pero siempre en democracia», fue la frase en la bandera.

Didier Drogba

El ex delantero marfileño que supo brillar en el Chelsea, goleador histórico de su Selección, utilizó el fútbol como herramienta para frenar una guerra civil en su país. Después de años de convivir en un raid sangriento, llegó la paz. Tras la clasificación histórica de Costa de Marfil al mundial de Alemania 2006, Drogba dio un mensaje que destrabaría el conflicto. «Ya vieron hoy que todo Costa de Marfil puede vivir en comunidad y puede jugar en conjunto con un mismo objetivo: clasificar al Mundial. Les habíamos prometido que esta fiesta iba a reunir al pueblo. Hoy les pedimos de rodillas que se perdonen los unos a los otros. Perdónense, perdónense».

Johan Cruyff

La máxima figura del fútbol holandés (hoy Países Bajos), en el mundial de Alemania Occidental de 1974, jugó con una camiseta con dos rayas en su manga. ¿Por qué? En aquel momento Adidas era la marca que hacía los diseños de los naranjas, pero Cruyff tenía acuerdo exclusivo con Puma y se negó a usar otra ropa. La rebeldía marketinera concluyó con que su camiseta número 14 luciera dos tiras, en vez de tres. “La Federación, en esa época, negoció con Adidas. Querían que lleváramos su camiseta, y yo pedí mi parte. Me la negaron diciendo que la camiseta era suya, y yo les dije que la cabeza era mía», le dijo al diario El País.

Paul Breitner

En los años ’70 brilló en dos grandes equipos de Europa, Bayern de Múnich y el Real Madrid, y en los ’80 estuvo nominado a Balón de oro por su desempeño como defensor. Pero su vida deportiva no era lo que generaba revuelo, sino lo extrafutbolístico: su pensamiento político. Confeso admirador del Che Guevara y Ho Chi Minh, sus lecturas estuvieron enfocadas en Mao, líder del comunismo chino. Aquello no fue bien visto por los clubes y le trajo algunos inconvenientes en las contrataciones.

Fernando Redondo

Le dijo que no a Daniel Passarella, cuando este le pidió que se cortara el pelo para formar parte de la Selección. La negativa le valió quedar afuera del Mundial ’98. «Lo comprendo y lo respeto pero el pelo es parte de mi personalidad. Soy jugador de fútbol, pero antes de eso soy una persona y me siento bien así», fue lo que argumentó el ex volante de Real Madrid. El mundo del fútbol tomó partido por el mediocampista. Ángel Cappa definió la decisión de El Kaiser como «banal» y Maradona como una «estupidez».

Darío Dubois

Defensor que se crió en La Matanza, representante del ascenso argentino. Vistió las camisetas de Yupanqui, Lugano, Midland y Laferrere, entre otros. Recordado por jugar con la cara pintada debido a su fanatismo por el Black Metal –»Soy un payaso que se pinta la cara, pero se mata por la camiseta»– y admirado por sus locuras para impartir justicia. Por ejemplo, taparse la publicidad de una camiseta con barro porque el auspiciante nunca pagó lo que prometió o acusar de corrupción a un referí al que se le cayeron 1.500 pesos del bolsillo ni bien le sacó tarjeta roja. Dubois agarró esa plata y salió a correr. Lo persiguieron todos, hasta que devolvió el dinero y dijo: «este es el premio que vos me das por echarme, hijo de puta». 

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