La transición energética se convirtió en un tema de agenda. No obstante, para los especialistas, todavía hay dudas respecto de cuál será la matriz energética; las conversaciones ponen sobre la balanza tres variables: sustentabilidad, accesibilidad y suministro. “La energía renovable es más competitiva pero también más cara: a medida que haya más inversiones, los costos mejorarán. Además, muchas tecnologías aún son costosas o no existen: no sabemos cuál será la matriz en el futuro”, afirmó Juan Martín Bulgheroni, vicepresidente de Planificación y Estrategia de Operaciones Upstream de Pan American Energy.
De todos modos, para el ejecutivo, hay un dato que sí está claro: los hidrocarburos tienen un rol primordial en esta transición y fundamentalmente el gas. De acuerdo con datos del sector, el gas emite 50% menos de emisiones respecto del carbón, y un 30% menos en comparación con combustibles derivados del petróleo. “Es fácil de manejar mediante ductos; es abundante -tenemos una gran reserva en Vaca Muerta y hay muchas otras cuencas en el mundo-; y permite cubrir temas de seguridad, incluida la confiabilidad”, aseguró en el marco del encuentro “Energía. La mirada de los número uno sobre el potencial del sector como motor de la economía”, realizado hoy por LA NACION.
Asimismo, aclaró: “Tenemos tecnologías que enfrían y licuan el gas a -162 grados. El gas en estado líquido resultante (GNL) ocupa 600 veces menos que el gas en estado gaseoso, lo cual nos da la posibilidad de llegar a otros mercados en el mundo”.
Datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos exhiben que Vaca Muerta tiene reservas de gas equivalentes a 308 trillones de pies cúbicos. A su vez, de acuerdo con Bulgheroni, esto representa seis veces la cantidad de gas que la Argentina demandará en los próximos 20 años. “Tenemos la oportunidad y el deber de exportar, para generar valor con esas moléculas de gas que hoy están en el subsuelo”, afirmó.
A la hora de analizar el desempeño del sector en el plano local, Bulgheroni resaltó el impacto del gasoducto Néstor Kirchner, que conecta Vaca Muerta con Buenos Aires. Inaugurado en 2023, actualmente, tiene una capacidad de 22 millones de metros cúbicos de gas por día (m3/d). Y de cara al 2026, se estima que duplique su capacidad mediante una segunda fase de obras a ser adjudicadas en diciembre.
“El gasoducto ayudó a descontracturar la operación. El gas estaba en Neuquén, pero no teníamos la posibilidad de consumir todo lo que queríamos en invierno, cuando el país registra la variabilidad más grande de consumo. Mediante este ducto, ahora, es posible abastecer el mercado argentino a medida que se desarrollen inversiones, sin la necesidad de cubrir el faltante con importaciones”, enfatizó.
En la otra vereda, Bulgheroni también puntualizó el lugar de las exportaciones regionales. Y para ello, citó el caso del gasoducto Gas Andes, el cual completó la semana pasada el transporte del primer TCF (trillón de pies cúbicos) de gas natural a través de la Cordillera. “Tenemos una historia de exportaciones a Chile y el potencial de incrementarlas. Además, de la mano de infraestructura podemos apalancarnos y llegar al mercado de Brasil. Exportamos gas e importamos electricidad: podemos complementarnos”, explicó.
Según especialistas, por primera vez, la Argentina podría alcanzar el superávit energético este año. Estimaciones indican que la cifra se ubicaría en torno de US$5000 millones.
A largo plazo, para hacer frente a volúmenes mayores, Bulgheroni consideró que será necesario invertir en ductos adicionales o inclinarse hacia el gas natural licuado (GNL). “La llegada de la Argentina al mundo es a través del gas licuado. La exportación de GNL es competitiva. El producto es igual al producido en Estados Unidos, en Qatar o Australia, por ejemplo., por lo que competimos por costos: esto implica el costo de hacer pozo, de producir la molécula, de transportarla a la planta de GNL, de licuarlo y de transportarlo en barco. Podés ser un proveedor más o menos favorable según la ubicación del país en el mundo o la relación entre países”, explicó. Y aclaró: “En la Argentina, somos competitivos en el desarrollo de pozos, y en distancia de cara a Asia, respecto de Estados Unidos”.
Para Bulgheroni, la guerra Rusia y Ucrania fue uno de los principales factores que aceleró la conversión de la matriz energética y que puso el gas natural en el mapa global. No obstante, aclaró que ya tenía un lugar en algunos países: si bien India y China tienen una matriz conformada en un 60% por carbón, el ratio baja al 15% en el caso de Europa y al 20% en el de Estados Unidos.
El plan de Pan American Energy y un signo de época
Pan American Energy es uno de los principales jugadores que puso un pie desde el inicio en Vaca Muerta. En la última década, la compañía invirtió US$4000 millones en la zona, “La infraestructura se está preparando para dar un nuevo salto. Vaca Muerta es una oportunidad de crecimiento para la compañía”, aseguró.
En paralelo, la empresa también participa del proyecto “Fénix en Cuenca Marina Austral”, un yacimiento de gas ubicado en aguas de jurisdicción nacional, a la altura de la provincia de Tierra del Fuego; y opera en Cerro Dragón, el yacimiento hidrocarburífero más importante de la Argentina, responsable de alrededor de 18% de la producción de petróleo en el país.
Más recientemente, además, Pan American Energy inauguró un parque eólico de 420 megas en Brasil, uno de los más grandes en aquel país. “Estamos probando y aprendiendo sobre nuevas tecnologías. Desde hace rato, trabajamos en proyecto con energías renovables en la Argentina, como parte de un programa enfocado expandir nuestro alcance en el rubro de la energía”, explicó. A la fecha, la firma tiene otros tres parques eólicos en la provincia de Chubut, en la Argentina.