“Es una locura. Todavía no caigo. De repente cambió toda mi vida”. Para Ian Carbajal nada fue igual después de participar en Los 8 escalones de los 3 millones (eltrece). No solo sorprendió al todos con su conocimiento y ganó un auto cero kilómetro, sino que conmovió a Carmen Barbieri, al punto tal que se ofreció a cumplirle su sueño de arreglarse los dientes. En una charla con LA NACION, el joven de 24 años contó su historia, habló del vínculo que tiene con la actriz y reveló que su popularidad no le permitió acceder a su ubicación en la cancha de San Lorenzo porque todos querían saludarlo y sacarse una foto con él.
Ian Carbajal tiene 24 años y vive en Monte Grande con su novia Milena. Cuando terminó el colegio secundario comenzó a trabajar con su padre, su hermano mayor y su tío en la colocación de durlocks. Es muy unido a su familia, e incluso cuando cenaban juntos solían mirar Los 8 escalones y él competía con su padre para ver quién lograba más aciertos. Se anotaron juntos en el programa, pero recién un año después se pusieron en contacto solo con él para invitarlo a participar.
Tuvo un solo fin de semana para repasar las categorías del primer escalón. ¿Su estrategia? “Agarré y clasifiqué las que se me hacían más difíciles y estudié esas”, reveló el joven. En su primer programa obtuvo la llave y la vendió por $700.000 y al día siguiente ganó la final y consiguió $3.000.000 más. Volvió por tercera vez, pero no logró ganar. Regresó por cuarta vez y ganó un auto cero kilómetro, justo días después de que le robaran su propio vehículo.
Su objetivo inicial era usar el dinero para hacerse un tratamiento para recuperar la dentadura, pero Carmen Barbieri se le adelantó y le dio una sorpresa única. Durante una de las grabaciones, la conductora le dijo que le pidiera a la producción un papel y una lapicera. ¿Qué le escribió? “Hola soy Carmen, llámame y decime quién sos. Yo te voy a cumplir tu sueño”. Le dejó su número, así que al día siguiente la llamó y “empezamos a hablar por WhatsApp como si fuese mi amiga”, contó Ian. Hoy tiene el papel guardado en la billetera.
La conductora de Mañanísima (eltrece) le dijo que quería ayudarlo con el tratamiento para la dentadura junto con el dentista Hernán Bogo. En la charla inicial que tuvieron, le dijo que si no llegaba a darse “ella se iba a encargar de costearlo. Yo no lo podía creer, lloraba de emoción. Le agradecía cada dos mensajes”, se sinceró Ian. Un domingo, mientras almorzaba en casa de su suegra, recibió un mensaje de voz de Carmen. Emocionada y entre lágrimas le dijo que el médico lo iba a atender y que “ella me iba a acompañar como si fuese mi mamá”.
“Es una locura. No puedo pedir nada más porque mi principal objetivo era ir por el tratamiento y me dijo Carmen que ni siquiera me iban a alcanzar los tres millones, porque es algo muy costoso, y me dijo que le llegué al corazón y me quería ayudar”, expresó el joven de Monte Grande, y contó que ya tuvo la primera consulta. En cuando al tratamiento dental, Ian explicó que le faltan las paletas de adelante y algunos dientes de la parte de atrás. Ya se hizo la primera radiografía y ahora está a la espera de conocer cuáles son los pasos a seguir.
La vida de Ian Carbajal cambió completamente desde que se presentó en el programa que conduce Guido Kaczka. La gente lo reconoce en la calle, le escriben por redes sociales e incluso varios le pidieron que les enviara su curriculum para algún trabajo. Pero, cuando realmente entendió la popularidad que consiguió, fue cuando fue a la cancha de San Lorenzo y no podía llegar a su ubicación porque lo frenaban para fotos y saludos. Incluso ese día hasta hizo una entrevista con un reconocido medio deportivo desde la tribuna.
En su casa son fanáticos del fútbol. Su madre practica el deporte desde los 16 años y todos juegan a la pelota. Pero hay un propio partido que se disputa puertas adentro: él y su mamá son de San Lorenzo, mientras que su padre y su hermano mayor son de River. Su hermano menor fue del Ciclón hasta los ocho años y hoy hincha por el equipo Millonario. “En casa tenemos algo en común y es que somos todos anti Boca”, reconoció.
Además de trabajar junto a su familia en la colocación de durlocks y jugar al fútbol, Ian también pasa gran parte del tiempo leyendo e informándose, lo cual se pudo evidenciar en el gran desempeño que tuvo en Los 8 escalones, que le valió $3.700.000 y un cero kilómetro. “Tampoco me quiero agrandar, pero todos me dicen que soy inteligente”, comentó entre risas. “Leo mucho, cuando hay una noticia o algún dato raro, siempre me pongo a leerlo a fondo. Me gusta mucho hacer crucigramas, pero no es que estudio. Tengo mucha cultura general por curiosidad, por ver algo y leerlo a fondo, no sé cómo explicarlo”.
Lo cierto es que el joven de 24 años no quería ser ese participante que pierde en el primer escalón: “Había preguntas súper fáciles que las dudás en cámara porque tenés a los famosos en los monitores. Son personas que ves siempre en televisión y de repente las tenés en frente”. A pesar de que tuvo algunos traspiés y en algunas categorías debió aferrarse a la suerte, las preguntas de deporte fueron su fuerte: “No erré ninguna. No es que las acerté, las supe”.
Ian aún intenta procesar todo lo que le acaba de suceder, pero ya piensa en sus próximos pasos: “Quiero meterle mucho a las redes, me gustaría meterme en ese mundo. También tengo ganas de conseguir un buen trabajo”. Si bien inicialmente tenía pensado usar el dinero para el tratamiento dental, gracias a Carmen Barbieri sus planes cambiaron. Ahora planea usarlo para pagar deudas, hacer arreglos en su casa y guardarlo para algún posible gasto de su nuevo auto.
Incluso, Ian reveló en la entrevista algo que no dijo al aire: mientras estaba viendo uno de los programas en la casa de su madre, le robaron su auto que estaba estacionado afuera: “Es un modelo 2000. Abrieron la puerta y se lo llevaron. Apareció después sin baterías ni ruedas y hoy está en el taller”. Lo curioso fue que al día siguiente lo llamaron para participar por un cero kilómetro. Si bien aseguró que fueron “emociones mezcladas” con buenas y malas noticias, tras todo lo vivido en las últimas semanas pudo asegurar que “todo pasa por algo”.