miércoles, 30 octubre, 2024

Tori Spelling reveló los secretos de la mansión de 125 habitaciones de sus padres: Había pasadizos ocultos, puertas secretas y cuadros de Picasso, Monet y Renoir

En el último tiempo, vivió en un hotel barato de carretera y también en una casa rodante. Sin embargo, mucho antes de que su poderoso padre la desheredara, Tori Spelling vivió en una mansión de 125 habitaciones que actualmente está valuada en 135,5 millones de dólares. Esta semana, la actriz de Beverly Hills 90210 reveló cómo fue vivir en aquella casa, conocida como una de las más lujosas de Hollywood.

En su podcast MisSpelling, Tori rememoró este martes sus días en aquella casa de 5300 metros cuadrados, ubicada en Los Ángeles, mientras vivió junto a su padre, el exitoso productor televisivo Aaron Spelling, su madre Candy Spelling y su hermano Randy. En principio, relató que la familia se mudó allí cuando ella tenía 17 años, cinco años después de que sus padres le compraran la propiedad a Bing Crosby, la demolieran y construyeran en el lugar la mansión de sus sueños.

“Antes de que demolieran la casa original, había pasadizos ocultos y una biblioteca subterránea… Si empujabas un mueble que funcionaba como una especie de puerta secreta y entrabas en habitaciones que estaban totalmente ocultas”, recordó. “Después, en la casa que construyeron mis padres, que tendría unas 125 habitaciones, contaba con una sala acondicionada para jugar al bowling, un salón de belleza, un gimnasio, una sala de juegos, un bar, una sala de billar y un museo de muñecas”, repasó.

“Teníamos funciones de cine todos los sábados por la noche. Pero mi mamá siempre quiso que no fuera solo una sala de proyección. Entonces, cuando llegaba el momento de ver una película, ella presionaba un botón y se corría una alfombra que estaba en el otro extremo y caía una pantalla de proyecciones que no era de las que suele haber en una casa, sino que era realmente grande, como la de un cine. Y también aparecían unas pinturas detrás de donde ella y mi papá se sentaban, en el nivel superior. Eran obras de Picasso, Monet y Renoir”, contó con lujo de detalles.

“En la planta baja había todo lo que uno podría imaginar y muchísimo más”, explicó la actriz. Y señaló: “Para ir a los dormitorios, podés tomar un ascensor si no tenés ganas de subir por las escaleras”. Sin embargo, tanto lujo y espacio convertían aquella casa en un lugar algo frío. La actriz rememoró que solía asustar a los amigos de su hermano en la habitación de muñecas “espeluznantes” y confesó que no tiene un “apego emocional” con aquella legendaria propiedad.

“Nunca logré tenerle cariño a ese lugar”, confesó. “Tengo buenos recuerdos de allí, pero mis mejores recuerdos con mis padres los creé en otra casa, que estaba ubicada en la misma calle”, recordó. La protagonista de Scary Movie contó que a su padre le pasaba algo similar, y que nunca se sintió cómodo en la gran mansión: “Él prefería la pequeña y acogedora casa de al lado. En cambio, mi mamá la adoraba, porque le encantaba la decoración”.

A pesar de ser la única que amaba la majestuosa mansión, cuando el creador de éxitos televisivos como Los ángeles de Charlie, El crucero del amor y Dinastía falleció, en 2006, la madre de la actriz decidió ponerla en venta. En aquel momento, Tori vivía con su entonces marido, Dean McDermott, el padre de sus hijos Liam, Stella, Hattie, Finn y Beau.

Justamente, antes de divorciarse de su marido, Spelling comenzó a tener problemas habitacionales. Su pesadilla se inició cuando toda la familia empezó a tener problemas cutáneos y respiratorios recurrentes. Después de hacerse decenas de análisis y de que los médicos no pudieran dar con la causa aparente de sus males, descubrieron que aquella casa en la que vivían estaba llena de hongos.

Tras comenzar un mediático litigio con dueños anteriores, los que le vendieron la propiedad, decidieron abandonarla. Luego, llegó la separación con McDermott y, en medio de todos esos problemas, su madre se negó por un tiempo a darle ayuda monetaria, y la actriz terminó junto a sus hijos viviendo por un tiempo en lugares muy distintos a aquella misteriosa y mítica mansión en la que pasó su adolescencia.

LA NACION

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