Los delfines han fascinado a científicos y amantes de la naturaleza por su asombrosa capacidad de desarrollar tácticas de caza avanzadas y su habilidad para aprender y enseñar técnicas específicas de generación en generación. En diversas partes del mundo, desde las costas de Florida hasta Shark Bay en Australia, estos animales demostraron una notable capacidad para innovar y transmitir conocimientos, en una serie de métodos de caza que revelan su inteligencia y una compleja estructura social y jerárquica.
Anillos de lodo en Florida: una red de barro eficaz
En las aguas de Florida, los delfines de nariz de botella emplean una táctica única y sofisticada conocida como el “anillo de lodo”. Esta técnica fue documentada por primera vez en 2005 por la investigadora Stefanie Gazda de la Universidad de Florida, quien observó que estos delfines eran capaces de crear un círculo de lodo para acorralar peces.
El proceso consiste en que el delfín golpea el fondo del mar con la cola, levantando una nube de sedimentos en forma de anillo. Los peces atrapados en el centro de esta “red de barro” se ven asustados y tienden a saltar fuera del agua, donde son capturados con facilidad.
Este comportamiento fue observado tanto en grupos como en delfines solitarios. Michael McCarthy, un documentalista y fabricante de embarcaciones transparentes, grabó a un delfín en la región de San Petersburgo utilizando este método de manera individual. Con la ayuda de un dron, pudo filmar a una distancia segura, sin perturbar al animal, mientras éste cazaba salmonetes en la nube de barro.
Según National Geographic, a partir de sus observaciones, McCarthy estima que este método tiene un éxito aproximado de un 30 %, un índice relativamente alto para una técnica de caza de esta naturaleza.
Barreras cooperativas: la especialización en la caza en equipo
Además del uso de anillos de lodo, los delfines de Florida exhiben un notable sentido de cooperación cuando cazan en grupo. Gadza contó a National Geographic que, en estos casos, un delfín actúa como líder y guía a un banco de peces hacia una barrera formada por otros delfines.
Esta “pared” de delfines facilita la captura de los peces al acorralarlos en un espacio reducido, permitiendo a cada miembro del grupo obtener una parte de la presa. La coordinación en estos casos es esencial, ya que cada uno desempeña un rol específico, optimizando así la caza y distribuyendo los recursos equitativamente entre el grupo.
La práctica del “shelling” en Shark Bay
En una región que es conocida por su biodiversidad, los delfines nariz de botella han desarrollado una técnica conocida como “shelling”, que implica el uso de herramientas. Este método fue documentado en un estudio dirigido por el antropólogo Michael Krützen de la Universidad de Zúrich y representa uno de los ejemplos más claros de transmisión cultural en la vida marina.
En esta táctica, los delfines buscan grandes conchas marinas en el fondo del mar, dentro de las cuales atrapan a los peces. Posteriormente, llevan las conchas a la superficie y las sacuden con el hocico hasta que el pez cae. La importancia de este hallazgo radica en que, a diferencia de otras conductas, el “shelling” es transmitido directamente entre miembros de la misma generación, un comportamiento hasta ahora documentado solo en humanos y ciertos primates.
El estudio de Krützen reveló que, tras un evento de ola de calor en 2011 que provocó una gran cantidad de caracolas en el fondo del mar, los delfines comenzaron a incorporar esta técnica a su repertorio de caza. La transmisión de esta práctica entre semejantes fue estudiada mediante observación directa y análisis genéticos, y demostró que los delfines que compartían tiempo con otros que practicaban el “shelling” tendían a adoptar esta técnica.
La autora principal del estudio, Sonja Wild, de la Universidad de Constanza, indicó a National Geographic que este tipo de aprendizaje social es raro y, por lo tanto, sumamente valioso para la comprensión de la inteligencia animal.
Aquaplaning: caza en aguas someras
Otra técnica empleada por los delfines de Shark Bay es el “aquaplaning”, una táctica en la que los delfines acorralan a los peces en aguas poco profundas. Una vez que las presas se encuentran en una zona de baja visibilidad y con escasa movilidad, deslizan su cuerpo por la superficie del agua a gran velocidad, atrapándolos con facilidad. Este método es especialmente útil en zonas donde los peces no pueden nadar con rapidez debido a las características del entorno.
Formación de bolas de peces: la caza en grupo como estrategia eficaz
En esta técnica, los delfines se organizan para dirigir a un banco de peces hasta que adopta una forma esférica, conocida como “bola de peces”. Esta estructura les permite controlar el movimiento y la densidad del banco, manteniendo a las presas en un espacio reducido y accesible. Así, estos mamíferos se turnan para atravesar el centro de la bola, tomando los peces con precisión.
Otra técnica, observada en múltiples regiones, es el “pateo” o “golpeo de peces”. Esta táctica consiste en que los delfines utilizan su aleta de cola para golpear o lanzar peces fuera del agua. Gazda detalló a National Geographic que este comportamiento es común en algunos individuos de delfines nariz de botella en la costa del Golfo de los Estados Unidos y en otras zonas.
La fuerza del golpe aturde a la presa, facilitando su captura. Gazda sostiene que esta práctica puede haberse desarrollado de forma independiente en varias zonas debido a su efectividad, lo que la convierte en un ejemplo claro de convergencia evolutiva.
La grabación de estos comportamientos ha sido posible gracias a la tecnología de drones, que permite a los investigadores capturar imágenes detalladas sin acercarse peligrosamente a los animales. Sin embargo, esta práctica está regulada en Estados Unidos por la Ley de Protección de Mamíferos Marinos y las normas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que restringen la proximidad de las aeronaves no tripuladas a 300 metros para evitar molestias a los delfines.