La medida que busca abaratar compras online de productos del exterior en plataformas como Amazon encendió las alarmas en los tres sectores alcanzados −indumentaria, juguetes y electrónica−, que expresaron su preocupación e insisten con el pedido de rebaja impositiva para “competir en igualdad de condiciones”.
Tras la visita de Javier Milei a la mansión de Donald Trump en Mar-a-Lago, Palm Beach; y los encuentros con Emmanuel Macron en Olivos y Casa Rosada, fabricantes locales resaltan cómo ambos mandatarios tomaron medidas para proteger a sus industrias.
No obstante, reconocen que la apertura y las facilidades para importar insumos ejercerían presión para que bajen los precios de artículos nacionales, como pasó con productos del súper, que, en contados casos, se abarataron frente a la competencia de los primeros importados que llegaron y la rebaja del Impuesto País, como anunció Federico Sturzenegger, y las cadenas convalidaron. Pero aclaran que, para que eso pase, deben bajar también otros costos.
Como parte de la apertura del comercio exterior y la convivencia que se busca entre mercadería nacional e importada para bajar la inflación, el vocero presidencial, Manuel Adorni, y el Secretario de Comercio, Pablo Lavigne, informaron el viernes que a partir de diciembre el límite de envíos de importaciones eventuales (servicio de entrega courier) volverá a los US$ 3.000 por paquete, monto que fijó en 2018 Mauricio Macri, similar al que rige en países de la región, y que Alberto Fernández bajó luego a US$ 1.000.
Hoy, solo están permitidas compras para no más de tres productos iguales que superen los 50 kilos, sin fin comercial, y únicamente se pueden realizar cinco pedidos de este tipo por año.
Además, se eliminarán aranceles hasta US$ 400 para artículos adquiridos para uso personal, que solo pagarán IVA, y las empresas podrán importar de manera más ágil insumos que necesiten de forma urgente para su producción.
“Queremos que todos los argentinos accedan a precios más competitivos, no solo los que tienen la oportunidad de viajar y traerse ropa, juguetes o pequeños electrodomésticos del exterior”, publicó en X el ministro de Economía, Luis Caputo.
Los planteos de la industria textil, juguetera y electrónica
Para la Cámara Argentina de la Indumentaria (CIAI), “la Argentina debe integrarse al mundo y exportar e importar libremente, pero es una medida cortoplacista con consecuencias graves sin una visión completa ni profunda del desarrollo económico”. “Se debe mejorar la competitividad y productividad, y disminuir la carga fiscal insólita”, indicó.
Agregó que “abrir la importación de forma ingenua no existe prácticamente en ningún país del mundo”. “Francia no está de acuerdo en un tratado de libre comercio con el Mercosur porque defiende a sus productores y Trump piensa poner aranceles para fomentar la industria manufacturera”, apuntó, y señaló que “este camino sin sentido conduce a la ruptura de la estructura productiva argentina y no es competencia real, sino una baja de aranceles que no dota de las herramientas requeridas para competir”.
“No le tenemos miedo a la apertura comercial, pero creemos que la economía se tiene que abrir en igualdad de condiciones y como el modelo que propone Trump, defendiendo la industria argentina”, destacó, por su parte, la Cámara Argentina del Juguete (CAIJ) en relación a la postura que tomó el mandatario electo en su primera gestión para resguardar a la producción nacional.
Sobre el impacto de la medida, CAIJ estimó que llegará a una conclusión finalizada la temporada de las Fiestas, ya que en ella caen dos de las tres fechas más importantes para la actividad: Navidad y Reyes concentran el 40% de las ventas del sector.
“Igualmente, creemos que la estabilidad y la reducción de la inflación son necesarias para proyectar con certidumbre y competir internacionalmente, pero no suficientes. El Gobierno debe generar las condiciones para competir de igual a igual con los oferentes externos. Y eso no está ocurriendo”, consideró.
En el rubro de electrónica, admiten que los más perjudicados serán fabricantes de pequeños electrodomésticos, notebooks y celulares, situación que poco le pega a Tierra del Fuego, donde, además de smartphones, se fabrican televisores, aires acondicionados, monitores y microondas, que quedan mayormente exentos de los cambios.
“La medida apunta a celulares y computadoras de marcas especialmente como Apple”, señalaron, por lo que los más afectados serán revendedores e importadores, aunque los productos de la marca de la manzanita representan apenas el 5% del mercado. Agregaron que, tras la suba de comienzos de año por la devaluación, los equipos nacionales bajaron de precio tras la rebaja del Impuesto País y hoy se ofrece hasta 18 cuotas sin interés, además de garantía y servicio técnico.
Qué pasará con los precios de productos nacionales
En esa línea, reconocieron que podría darse una situación similar de abaratamiento para competir, resignando márgenes, aunque señalaron que los costos siguen subiendo y que “los insumos no son los que determinan que los precios sean caros en dólares”.
“El anterior también les puso un peso sobreestimado con un dólar oficial muy bajo. Los impuestos y la logística impactan. Están corrigiendo una parte, pero no están resolviendo el problema de fondo”, apuntó la CIAI, a lo que la CAIJ sumó: “Tenemos costos laborales no asociados al salario sumamente altos, costos logísticos que erosionan la competitividad y la posibilidad de exportar, y una carga tributaria compleja con decenas de tributos y tasas a nivel nacional, provincial y municipal”.