Una adolescente que fue reportada como desaparecida fue localizada por la Policía dentro de una casa deshabitada dentro del complejo a San La Muerte, en la localidad Correntina de Mariano I. Loza. Hay cinco personas demoradas, entre ellas una pareja de ancianos mayores de 70 años. La Justicia investiga si se trata de otro caso de “captación de menores”. Habían escrito una carta de despedida que quisieron hacer pasar como letra de la joven, en la que defenestraba a su madre y agradecía a quienes la tuvieron una semana allí.
En horas de la madrugada de hoy, efectivos policiales de la comisaría de distrito Mariano I. Loza, conjuntamente con autoridades de la Fiscalía de Mercedes, luego de diversos trabajos de investigación desplegados tras la denuncia de una mujer en relación a un pedido de localización de una menor de 16 años, finalmente en un importante y rápido despliegue, lograron localizar y rescatar a la joven dentro de una vivienda que se encontraría sin moradores.
El procedimiento de rescate tuvo lugar en la madrugada de ayer luego de rápidas tareas de inteligencia entre la Policía local y el fiscal Adrián Casarrubia, quien ordenó varias diligencias hasta encabezar una comitiva que llegó hasta el santuario a San La Muerte ubicado a la vera de la Ruta Nacional N°119, a la altura del kilómetro 84.
Allí, la madre de una menor de 16 años la había dejado una semana antes al cuidado de la dueña del lugar con la condición de que la adolescente la ayude en los quehaceres. Pasado este lapso, la madre fue a buscar a su hija, pero le dijeron que se había marchado y no sabían adónde.
La carta falsa
Le mostraron una carta, supuestamente de puño y letra de la jovencita, en la que según refieren los investigadores, “tenía fuertes palabras de reproches hacia su madre y solo palabras de agradecimiento y gratitud hacia la responsable del santuario. Decía que se iba porque no aguantaba más”.
Esta supuesta “carta de despedida” llamó la atención a la madre de la adolescente, ya que según su testimonio a los investigadores, la menor no tenía ese tipo de comportamientos, siempre estuvo emocionalmente bien y además no era la letra de su hija la que estaba en esa nota exhibida. Con mucho temor de lo que pudiera estar sucediendo, la mujer de inmediato se contactó con la Policía para manifestar sus sospechas.
A partir de allí, todo ocurrió muy rápido, sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de una menor de edad. El fiscal Casarrubia tomó intervención inmediata y comenzaron con la investigación y la recolección de datos por parte de la Policía.
“Aterrada y llorando”
Se armó una importante comitiva policial y judicial que llegó hasta el predio donde fueron atendidos por sus responsables, una mujer de 77 años y un hombre de 71, quienes volvieron a manifestar que la chica se había ido. Pero cuando los policías pretendieron ingresar a verificar en una casa deshabitada, dentro del mismo complejo, los ancianos se lo impidieron dejándolos de inmediato en evidencia.
Posteriormente, se solicitó una orden de allanamiento al juez en turno que permitió a la Policía y al fiscal ingresar a la propiedad, aunque estaba toda trabada. Tuvieron que forzar el enrejado de una ventana lateral de la finca donde en una de las habitaciones hallaron a la joven. “Estaba en una esquina de la habitación, toda tapada y llorando, aterrada”, comentaron fuentes del caso. El lugar era usado como un “depósito de merchandising”, velas y estatuillas de San La Muerte. Junto con la pareja de ancianos, la Policía demoró además a dos chicos de 19 y 23 años y una jovencita de 20, vinculados a la pareja.
Por el momento, la Justicia no estaría investigando el caso como un secuestro propiamente dicho, aunque sí prevalece la carátula de la privación de la libertad, con posibles fines de captación. Ahora el fiscal Casarrubia deberá profundizar en los roles que presuntamente tuvieron cada uno de los demorados en este contexto.
El caso trajo a la memoria lo ocurrido con una menor de 13 años en la ciudad de Mocoretá a comienzos de noviembre. La menor estuvo cautiva por tres sujetos casi 48 horas hasta que logró huir.