miércoles, 8 enero, 2025

Luis Caputo anticipa un enero histórico, con el índice más bajo en 7 años

A juzgar por las listas de precios que están llegando a los supermercados y mayoristas durante la primera semana del año, los funcionarios de Economía pueden, tranquilamente, ilusionarse. Para algunos colaboradores de Luis Caputo, sería la frutilla del postre para un comienzo de año a todo vapor, en el mercado financiero.

El entusiasmo en el equipo económico se entiende. De acuerdo a los primeros monitoreos que se realizaron entre algunas fábricas, que son tomadas como testigo para el resto del mercado, la inflación de enero podría ser la más baja de los últimos 7 años.

Las listas que llegaron a las grandes cadenas de supermercados, mayoristas y autoservicios dan cuenta de precios que, en el peor de los casos, se movieron muy poco.

Una empresa como Molinos Río de la Plata, referente en el mercado de los alimentos, envió las listas con precios estables: no hubo modificaciones en rubros de consumo masivo como harinas, aceites y pastas.

Tampoco en algunos artículos de un nicho como son los productos congelados. Lo mismo que en los snacks.

Más llamativo fue el caso del arroz, que marcó una rebaja de hasta 15%. Es paradójico, hace un año -y más también- el arroz era uno de los productos que más se encarecía por culpa de la sequía.

Otras empresas líderes de la alimentación, como Arcor, también arrancaron el año con pocos retoques en las listas.

Algo similar sucede con los frescos -carne vacuna y pollo- sin movimientos luego de los ajustes alcistas en la previa a las fiestas.

Distinto es el caso de las bebidas gaseosas y cervezas, con alzas de hasta 8%, según las marcas, algo que es típico de la estacionalidad.

Evolución de los precios: cae la inflación

El Gobierno monitorea con lupa la evolución de los precios. Siempre lo hizo, pero en las últimas semanas ese control se volvió obsesivo.

Javier Milei ya adelantó que tomará medidas decisivas para su plan económico si la inflación muestra una tendencia a la baja en las próximas semanas. Si, como se espera, el IPC de diciembre dio 2,5%, el Presidente dará la orden de rebajar el crawling peg a la mitad -del 2% al 1% mensual-.

Y si la inflación cae en los tres meses siguientes a no más allá del 1,5%, tanto en enero, como febrero y marzo, entonces podría abrir el cepo. De ahí que la suerte de este mes podría encender un camino clave para el resto del año.

La expectativa, entonces, es que el índice de precios sea el más bajo desde el año 2018.

En aquel enero, el IPC dio 1,8%. Desde ese momento, siempre dio arriba del 2%. Del 2,9% en enero de 2919; 2,3% en enero 2020; del 4,0% en enero 2021; del 3,9% en enero 2022; 6,0% en enero 2023 y, finalmente, del 20,6% el año pasado.

Es decir, si el Gobierno cumple con sus propias expectativas, este enero que acaba de comenzar sería el de menor inflación de los últimos 7 años.

Fuego cruzado entre Luis Caputo y los empresarios

Milei ya dijo que el sector empresarios tiene que hacer esfuerzos para ser competitivos. Que esa eventual mejora no vendrá por el lado de una devaluación ni de medidas sectoriales. A lo sumo, existe un compromiso con el sector agrícola para quitar las retenciones a las exportaciones, a las que el jefe de Estado considera una injusticia total.

«Cuando la realidad lo permita», suele decirles Luis Caputo a los productos agrícolas. Las entidades rurales esperan que esa medida aparezca antes de la próxima cosecha gruesa, cerca de marzo.

No hay compromisos de fechas. Algunas entidades ya plantearon -puertas adentro- que si el Gobierno no toca las retenciones podrían producirse las primeras medidas de protesta en contra del oficialismo.

Para el resto del denominado sector productivo, el Gobierno suele mostrarse más duro todavía. «Adaptarse o morir», es la consigna que bajó la Casa Rosada en las últimas horas.

Desde las cámaras empresarias entendieron el mensaje, pero reclaman tiempo para hacer los deberes. Y ya postularon sus pretensiones: que el Estado aporte lo suyo. Una rebaja de la presión fiscal.

En ese sentido, la cámara de supermercados mayoristas (Cadam) dio a conocer el detalle de la incidencia de los impuestos en la formación de precios de los alimentos.

«Más allá del tipo de cambio, el problema principal radica en la carga impositiva que enfrentan los consumidores. Desde la salida de fábrica hasta la venta al consumidor final, los impuestos en cascada representan casi el 49% del precio de los productos», plantearon los mayoristas

¿El Gobierno irá por este camino?

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