Cae el sol y también la temperatura. Y después de un día abrasador, la noche trae alivio con una brisa tibia. Se asoman las primeras estrellas y una mesa al aire libre invita a cerrar la jornada con buena compañía y charla. ¿Y con que maridar esta escena idílica que brindan tantas nochecitas de verano? Para muchos, cada vez más, la respuesta elegida es el vermut, una bebida de aires vintage que ha vuelto a reinar con fuerza gracias al nacimiento de nuevos exponentes.
Nuevos y consagrados
En esta segunda vida del vermut, la propuesta se ha sofisticado. Las nuevas marcas prestan especial atención al vino del cual parten, así como a la calidad y nobleza de los ingredientes con los que se combina. Así lo hacen, por ejemplo, en La Fuerza, uno de los emprendimientos pioneros en este camino, que lanzó sus primeras versiones en enero de 2018, al mismo tiempo que abría un bar homónimo en Chacarita. “La gente busca productos con identidad y que se sepa de dónde vienen y cómo se elaboran. Un vermut como La Fuerza es una bebida natural, algo valorado, y baja en alcohol, que también se valora”, detalla Martín Auzmendi, parte del grupo fundador. Asimismo, marca la importancia de poner vinos ricos al frente, lo que a su vez acercó a aquellos que disfrutan de esta bebida.
“Creemos importante que se vaya creando una nueva idea de vermut, con respeto por la historia pero mirando al futuro. La tradición puede ser mantener el fuego vivo, no adorar las cenizas, como dice una frase famosa”, sostiene. En este sentido, entre sus variantes más vendidas sobresale el Rojo, algo natural en una cultura en la que el recuerdo del vermut siempre fue “rosso”, pero al mismo tiempo logran resaltar otros como el Blanco y Primavera en los Andes, el segundo más elegido, con flores y hierbas silvestres y vino torrontés de Mendoza. Como joyitas, también cuentan con Sideral, que lleva 12 meses de guarda en barriles de roble previamente usados para vino, y Local #01, una edición limitada de casi 1000 botellas a base de vino blanco orgánico.
También las marcas más clásicas celebran esta nueva vida. Desde Cinzano, el clásico italiano, cuentan que Argentina es el principal productor de vermut en Latinoamérica y el mercado más relevante para la empresa a nivel global. Es que según datos recientes, la marca representa un 68% de la venta de esta bebida en el país.
En la mirada de Estefanía Jacobs, marketing manager de la compañía, el auge actual se debe a cinco puntos concretos: el surgimiento de nuevas etiquetas de vermut locales utilizando base de vino malbec y hierbas autóctonas, la puesta en valor de la coctelería clásica y la cultura del aperitivo, la valorización de lo artesanal y local, la baja graduación alcohólica y la accesibilidad y personalización. “Los consumidores valoran la posibilidad de armar el cóctel como uno lo desee. Solo con hielo, con más o menos soda, algunos incluso mezclan con gaseosas como tónica o pomelo. Es un producto que habilita a que cada uno pueda preparárselo como más le guste”, amplía sobre el último punto. Además, destaca el continuo surgimiento de vermuterías y nuevas etiquetas, lo que demuestra que es una categoría en línea con las tendencias del consumidor joven actual. “Es elegido en mayor medida por un público de entre 35 y 45 años, pero con constante crecimiento del segmento de 25 a 35”, describe.
Por su parte, Grupo Cepas, otro grande del mercado, acaba de sumar un nuevo jugador a esta renovación: Leyenda Perro Negro, un vermut elaborado en pequeñas partidas, con botellas numeradas e inspirado que la tradición de Italia y la majestuosidad de la Cordillera de los Andes. Elaborado en Mendoza, fusiona ruibarbo italiano y botánicos de los Andes, con notas dulces de vainilla y miel, la frescura de la naranja, toques mentolados de salvia y ajenjo y un mosto fresco como endulzante. “Es un vermut que celebra nuestras raíces en Mendoza, eleva la categoría y responde a la creciente demanda de consumidores exigentes que buscan productos premium”, apunta Solana Baccile, category manager de Aperitivos en la compañía.
Salir a probarlo
Y así como La Fuerza tiene su bar, este auge también llega a la calle y las propuestas gastronómicas.
Sifón, en Chacarita, es un gran exponente del amor por el vermut. En un ambiente con look retro, entre muebles vintage y paredes despintadas con gracia, se sirve un vermut tanto en vaso individual como en jarra, en variante Rosso clásico, con identidad más dulce y apta para todo público, o a base de malbec, con hierbas tradicionales argentinas y una asociación más cercana al vino. “Se sirve con mucho hielo, 70% vermut y 30% de una soda recién salida de la heladera, que va a tener una burbuja más grande, y una rodaja de algún cítrico”, recomienda Juan Manuel Boetti Bidegain, uno de los dueños. Y claro, aquí no es tema menor el maridaje gourmet: “Lo bueno del vermut es que es fresco y limpia la boca, así que puede ir con algún picoteo más pesado y se va a llevar bien. Nosotros tenemos unas croquetas de hongos con salsa de cebolla que combinan perfecto”, alienta.
También en Chacarita, Punto Mona, el restaurante y bar de la reconocida Mona Gallosi, convierte al vermut en la pieza central de una cuidada selección de cócteles de autor. Entre sus creaciones más destacadas se encuentra el Agua de Vida, que combina vodka, eau de vie de pera, vermut blanco de sidra, Grand Marnier y manzana y Gaucho, elaborado con Johnnie Walker Black Label, Cinzano Rosso infusionado con piel de pomelo y hierbas autóctonas y un sutil toque de vinagre de cedrón patagónico.
Hacia Ramos Mejía, en tanto, Pompeya Pizza Napoletana es otro lugar que celebra el vermut. Aquí los 18 sabores de pizza de masa madre al horno de leña se acompañan con este aperitivo, proponiendo opciones de perfil herbáceo y aromático como el Tecito, una infusión de té, vermut Lombroni, ron, almíbar de canela, tónica y dos golpecitos de Angostura, o La Fuerza Sideral, ideal para beber solo con hielo y piel de naranja.
Futuro promisorio
Según datos del International Wine and Spirit Research, en 2023 Argentina alcanzó una producción de 7,6 millones de litros de vermut, lo que representa un crecimiento acumulado del 8% a lo largo de los últimos cinco años. Esto posiciona al país como el principal productor de esta bebida en Latinoamérica, superando incluso a Brasil. Y si bien aún no hay números de 2024, es probable que el consumo siga en alza. Por lo pronto, el verano, la época más fuerte para esta categoría, todavía tiene mucha tela para cortar y calor por desplegar. ¿Sale un vermut fresco esta noche?