lunes, 24 febrero, 2025

Probamos el pique en la costa norte del Río de la Plata

Días pasados se llevó a cabo otro importante encuentro federado en el Club de Pescadores Olivos, entidad que puso en juego su copa Challenger Roberto Batteria. En dicha competencia se destacó entre los ganadores la joven promesa Santino Mastrocola, en la categoría cadetes. Para conocer las técnicas y las especies que se obtienen allí, nosotros hicimos la previa la noche del sábado.

Antes de ir a pescar es necesario destacar que esta institución fue fundada el 1° de octubre de 1939: En el principio utilizaban como espacio para tirar las cañas el morro del puerto, hasta que en 1976 se concretó la primera etapa del muelle actual, logrando que los aficionados pudieran internarse en el río unos 150 m. Más adelante, por el año 1989, se completó la estructura actual que tiene 300 m de largo, quinchos cubiertos, buffet, baños, iluminación para la pesca nocturna en todo su perímetro y un refugio con baño sobre el ingreso al morro. Está ubicado al final de la calle Alberdi que bordea al puerto de Olivos. A la izquierda del canal de acceso a este puerto y del ingreso al Yacht Club, en una especie de bahía que hace que la pesca sea más fructífera en creciente y que en nuestro caso fue de ayuda, hicimos el testeo y contamos con la pleamar a favor y viento del norte.

Iniciamos la pesca nocturna imitando a otros aficionados, utilizando líneas de flote con un metro de bajada y carnada blanca para dorados y manduvas, con boyas luminosas.  Sin éxito, cambiamos a filete de bagre amarillo, obteniendo algunos piques:  la deriva lenta, lejos del muelle, nos permitió capturar pocas pero interesantes manduvas.  El aumento del viento dificulta este método, incluso con un plomo de 40 g; por ello, cambiamos de equipo.

Paralelamente, la pesca de fondo mantuvo un pique constante, a veces intenso, con frecuentes dobletes de bagres de variado tamaño. Sólo la lombriz resultó efectiva como carnada; filet, salame y pasta no produjeron capturas. Con este método también pescamos patíes medianos, rayas y algún dorado de fondo con posta de sábalo, a pesar del fuerte viento y la cercanía a la costa.

Desde el morro, los pescadores obtenían las mismas especies que veíamos en el muelle. Permanecimos allí hasta bien entrada la madrugada, compartiendo mates bajo la luna que iluminaba el estuario. Nos despedimos con la satisfacción de haber disfrutado de una excelente noche de pesca y el cálido encuentro con amigos en este cuidado club. 

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