Anora de Sean Baker, es una de las favoritas de los Óscar y si este domingo 2 triunfa en la máxima gala de Hollywood será una novedad, ya que la película se enfoca en una trabajadora sexual. “Sean entiende el trabajo sexual», dijo a la AFP la actriz porno y directora Casey Calvert, mientras se preparaba para rodar una escena explícita lésbica en un estudio en el Valle de San Fernando.
«Sean es el único cineasta en activo que tiene la capacidad de hacerlo bien. También es el único que se preocupa por hacerlo bien», sumó su director de fotografía, Eli Cross, veterano del cine para adultos.
Baker fue director de Starlet, una película de micropresupuesto sobre una joven actriz porno que entabla una improbable amistad con una anciana viuda. El cádido retrato de Baker de una industria acostumbrada a ser difamada y sensacionalizada por Hollywood le granjeó la amistad de trabajadores del porno como Calvert, que más tarde fue su consultora en Red Rocket (2021).
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Por esta razón Anora llega apoyada por el sector a los Premios de la Academia, donde compite por mejor película, mejor director y mejor actriz para Mikey Madison, entre otras.
«Es tan emocionante que no puedo ni pensar», manifestó Calvert. «Sería como si esta industria que me encanta fuera reconocida en un escenario en el que nunca antes lo ha sido».
La historia de “Anora” y el trabajo sexual como eje
Anora sigue a Ani, una estríper y dama de compañía en Nueva York, que se embarca en un romance apasionado con un joven cliente ruso que resulta ser el hijo de un millonario oligarca. Tras el estreno de la película, Baker declaró a la AFP que había evitado clichés como «prostituta con un corazón de oro».
Para Calvert, las películas de Baker destacan porque no tratan realmente sobre el trabajo sexual, sino sobre las luchas, las emociones y la humanidad de las personas que se ganan la vida con el trabajo sexual.
«No se trata del tabú del sexo. Se trata simplemente de una comunidad marginada de personas que él encuentra realmente interesante y quiere explorar», comenta.
Anora ganó varios premios, desde la Palma de Oro del festival de Cannes hasta galardones de directores, productores, guionistas y críticos de Hollywood.
Este tema forma parte de un debate más amplio y antiguo sobre la profesión. Algunos lo condenan con argumentos morales, otro por querer prevenir la trata y situaciones de abuso y violencia, mientras que otros ven que la prohibición no es la salida.
Una historia de amor
Brighton Beach, un enclave postsoviético situado al final de la línea B del metro de Nueva York, y Coney Island, un par de paradas más allá en la línea Q, son los dos excéntricos barrios costeros de Brooklyn donde tiene lugar Anora. Ambos barrios son el escenario de la caótica búsqueda nocturna del hijo de un oligarca ruso, Iván, que trata de zafarse a la vigilancia de los esbirros de Europa del este contratados por su padre tras casarse con la prostituta que da título a la película.
Anora, apodada Ani, vive bajo el estruendoso tren elevado que serpentea por Brighton Beach, un barrio que desde mediados de los años 70 ha sido refugio de inmigrantes de Rusia, Ucrania y otras exrepúblicas soviéticas.
El director Sean Baker «quería descubrir este microcosmos de un mundo que solo existe allí… este barrio de gente que habla su propio idioma y ha preservado su cultura», detalló a la AFP el director de localizaciones de la película, Ross Brodar.
«La ciudad se ha gentrificado», pero en «este enclave todavía hay rusos anclados en el tiempo», aseguró Brodar, que también tiene un pequeño papel en la película como guardia de seguridad. Para conseguir las localizaciones, Brodar trabajó con un intermediario que hablaba ruso para entablar relaciones con los dueños de negocios locales y mostrarles que «no intentaba explotar la situación, sino aportar algo». «Uno de mis lemas era ‘esto es una carta de amor a Brighton Beach'», recordó.
Para ello ayudó que Yura Borisov, una gran estrella del cine ruso, estuviera en el reparto: cuando los lugareños lo reconocieron,» el proyecto ganó crédito en la calle», destacó Brodar.
«El cine independiente está en dificultades ahora más que nunca»
«El cine independiente está en dificultades ahora más que nunca», declaró Baker. «Yo en lo personal no tengo hijos, pero de hecho sé que si los tuviera, no sería capaz de hacer las películas que hago».
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Baker advirtió que el colapso de las ventas en formato DVD, que una vez sirvieron como apoyo a cineastas emergentes, significa que creativos como él rara vez tengan ganancias aun cuando sus películas tengan éxito en taquilla.
Baker dijo que los grandes estudios de Hollywood absorben las ganancias, se niegan a dar «luz verde» a películas que abordan temas controvertidos y fuerzan a los directores a hacer selecciones de actores basados en «cuantos seguidores tengan en redes sociales».
«Soy un realizador independiente de por vida… el sistema tiene que cambiar, porque simplemente no es sostenible», enfatizó Baker.
cp