La comunidad Católica de Riachuelo, hoy, domingo 20 de julio, honra a su patrona Santa Librada, una figura de profunda devoción popular, especialmente querida por las mujeres que buscan su amparo en momentos difíciles. Aunque su nombre ya no figura en el calendario oficial de la Iglesia, la fe en esta santa sigue intacta, manifestándose en un día lleno de misas, procesiones y actividades comunitarias.
Un día de fe y tradición
Desde la medianoche, la Fiesta Patronal iluminada por el lema: “Como Santa Librada seamos peregrinos de la Esperanza”, se inició con la primera de varias misas, luego de una nutrida cena comunitaria, amenizada por conjuntos musicales. Tras la misa de las 8 de la mañana, la comunidad se reunirá para un almuerzo, un momento de camaradería que precede al Festival de la Amistad a las 13.30.
El punto culminante, sin duda, será a las 16, con la solemne procesión y misa central. Es entonces cuando la imagen de Santa Librada recorrerá las calles, acompañada por cientos de fieles que cantan y rezan, muchos de ellos llevando en el corazón peticiones por partos seguros o agradecimientos por milagros concedidos. Para cerrar la tarde, habrá un chocolate caliente para compartir, y a las 19, el esperado sorteo del bono contribución.
¿Quién es Santa Librada?
La historia de Santa Librada es, en sí misma, un relato fascinante de fe y determinación. Identificada con Wilgefortis, la «Virgen Barbuda», su leyenda se remonta a la Edad Media. Se cuenta que era la hija de un gobernante portugués y, para evitar un matrimonio forzado, pidió a Dios que la volviera repulsiva. Milagrosamente, le creció una espesa barba, lo que hizo que su prometido la rechazara. Enfurecido, su padre la condenó a morir crucificada.
Aunque en 1969 su figura, al igual que las de San Jorge y San Cristóbal, fue retirada del calendario católico oficial por la falta de documentación histórica que corroborara su existencia, la devoción a Santa Librada ha perdurado con una fuerza notable.
A lo largo de los siglos, la tradición popular la adoptó como patrona de las mujeres embarazadas, protectora de las parturientas y abogada de aquellas que sufren maltrato o están atrapadas en relaciones forzadas. También se la invoca como símbolo de un corazón alegre y libre.
Su festividad se celebra cada 20 de julio, fecha en que sus reliquias fueron trasladadas a Baiona en 1515.