martes, 16 septiembre, 2025

Sopapo judicial a laboratorio en la guerra de la vacuna anti aftosa

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger ha encontrado un nuevo motivo de celebración en lo que es la postura del Gobierno central contra uno de los monopolios que más ha afectado a uno de los sectores principalísimos de la economía argentina: la ganadería.

El festejo en Casa Rosada se dio luego de que la Justicia rechazara, en primera instancia, una medida cautelar presentada por el laboratorio Biogénesis Bagó contra las resoluciones del Senasa que flexibilizaron la importación de productos veterinarios.

Sturzenegger es la cara visible de esta contienda que ya adoptó rasgos de “guerra fría”, es uno de los actores principales junto con Manuel Adorni y el propio Javier Milei.

Es que el Vocero presidencial se encargó de acercarle publicaciones de EL LIBERTADOR en las que se expuso el “negocio” del grupo Sigman con las vacunas y el impacto negativo en el rubro ruralista. Sirvieron de disparador para que el Gobierno central decidiera interceder en un desmanejo de años que sólo permitió la obtención de dividendos millonarios al laboratorio que en las últimas horas recibió el revés judicial.

Monopolio

Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación del Gobierno nacional.

Desde entonces, el Ministro de Desregulación mantiene un enfrentamiento público con la firma por lo que él considera precios excesivamente altos en la vacuna contra la aftosa, en un mercado monopolizado, no tardó en calificar el accionar de la empresa como un «chiste» y un «último bastión» para no perder sus «privilegios».

El funcionario, a través de su cuenta de X, fustigó al laboratorio, asegurando que el mercado de la vacuna contra la aftosa está «dominado» por Biogénesis Bagó. Si bien la empresa es la principal en el rubro, no es la única, ya que también compite con el laboratorio CDV.

Por su parte, desde Biogénesis Bagó defienden su accionar judicial y niegan que su posición en el mercado se deba a una falta de competencia, señalando además que algunas vacunas importadas recientemente no habrían superado los controles de calidad necesarios.

Regulación y desregulación: el meollo del asunto

La disputa se remonta a la gestión del ex presidente del Senasa, Pablo Cortese, que flexibilizó las normativas para la importación de productos veterinarios, incluyendo la vacuna contra la aftosa, mediante un mecanismo de «equivalencia». Esta medida permite agilizar la entrada al país de productos que ya cuenten con la autorización en mercados de alto estándar como Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, además de Uruguay y, más recientemente, Brasil.

Precisamente, una de las resoluciones impugnadas por Biogénesis Bagó ante el juez Federal, Enrique Lavié Pico, fue la 525/25, que estableció los requisitos para el ingreso de productos provenientes de los países fundadores del Mercosur, incluido Brasil, una incorporación que se realizó tras la omisión inicial y que beneficiaría al grupo argentino Tecnovax, que busca importar un producto desde ese país.

Hugo Sigman, titular de Biongénesis Bagó

Según el escrito judicial, la compañía argumentó que las resoluciones del Senasa son «nulas de nulidad absoluta» y que representan un «riesgo y perjuicio para la sanidad animal y la salud pública».

La firma también señaló que estas normativas «vulneran el principio de jerarquía» y equiparan un producto tan sensible como una vacuna con un «champú para perros», y que el proceso de «equivalencia» no garantiza que los productos se elaboren en países con estrictos estándares de calidad.

La sentencia y la reacción oficial

El juez Federal, Lavié Pico desestimó la cautelar impulsada por el laboratorio que pertenece a Hugo Sigman, argumentando que la empresa «no probó, en este incidente preliminar, el recaudo de verosimilitud del derecho invocado ni la supuesta ilegitimidad» de las resoluciones. El magistrado le reconoció al Senasa la competencia para dictar este tipo de normativas.

Sturzenegger, exultante, arremetió con dureza en sus redes: «Parece un chiste viniendo de una empresa que se vio favorecida por una norma que le daba prácticamente la exclusividad de un mercado por más de dos décadas».

Según el ministro, hasta hace un año era casi imposible la competencia, ya que se exigían cuatro cepas para las vacunas, de las cuales dos no existían en el mundo, pero sí en los laboratorios de Biogénesis Bagó. Una «anomalía» que, según él, el presidente Javier Milei «revirtió en pocas horas».

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