jueves, 28 noviembre, 2024

Obra teatral ambientada en Esquina, destacada por el Senado de la Nación

Una mujer desbordada por la vida debe viajar desde Buenos Aires a la ciudad de Esquina, en Corrientes, para poner en orden los papeles de la herencia de su padre.

Con la Fiesta Nacional del Pacú como marco de los sucesos que transcurren desde su llegada, esta pieza teatral resalta la idiosincrasia local.

Lo que el río hace, fue escrita «a cuatro manos» por las gemelas María y Paula Marull. También es protagonizada por ambas que se turnan para actuar y narrar la historia que es un homenaje a su padre, a través de esta remembranza de su infancia en el portal Sur de la Provincia.

La pandemia demoró que se concretara su estreno, y cuando lo hizo en 2022, fue una revelación entre las producciones alternativas que enamoró al público al hacerlos parte de ese viaje íntimo de su protagonista.

Según reseñó La Nación, se trasladó a las salas del teatro Astro, donde el año pasado llegó a posicionarse en segundo lugar entre las obras de mayor éxito, después de Tootsie, la obra de Nicolás Vázquez y Julieta Nair Calvo.

Desde el momento de su estreno, la obra obtuvo el premio Talía, que otorga la Academia de las Artes Escénicas de España al mejor espectáculo latinoamericano de 2023, y también el Trinidad Guevara y 12 nominaciones al ACE.

Por iniciativa de la senadora esquinense Gabriela Valenzuela, las autoras de la obra, el compositor de su música, Antonio Tarragó Ros, y todo el elenco de actores, recibieron un diploma de honor del Senado de la Nación el pasado lunes 11 de marzo.

«Esta obra interpreta la correntinidad con respeto y transmite las costumbres y la idiosincrasia de la ciudad de Esquina, me enorgullece que sea aclamada por la crítica y haya cosechado premios nacionales e internacionales, porque eso significa que más personas conocen Corrientes a través del arte», destacó en sus redes sociales la senadora.

RESEÑA

Amelia está desbordada, perdida entre objetos y obligaciones, su presente es una montaña de exigencias que trata de escalar cada mañana. La muerte de su padre la obliga a volver al pueblo donde pasó su infancia: un escenario vacío donde nada es como lo recordaba; salvo el río, que la invitará a reconocerse en su reflejo o a sumergirse hasta tocar el fondo.

¿Y si ésa que fuimos existiera? ¿Si un día se nos presenta? ¿Si de tanto perseguirnos nos alcanza? ¿Qué haríamos con ella? ¿La reconoceríamos? ¿La abrazaríamos? ¿La ignoraríamos para poder seguir siendo quienes somos?

¿El tiempo que no vivimos está guardado para nosotros en alguna parte? ¿Las palabras que no dijimos existen todavía? Las que no escuchamos, ¿se volverán a pronunciar para nosotros? ¿Adónde se esconde el tiempo?

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