sábado, 16 noviembre, 2024

Los Pumas sintieron una derrota justa frente a Irlanda, pero de ésas que valen no mucho menos que un triunfo

Existen distintas formas de perder. La manera en que cayeron los Pumas es de las que no dejan nada por reprocharse. De ésas que valen no mucho menos que un triunfo. Y no implica un freno en el crecimiento que viene evidenciando este equipo. Una derrota que deja cosas por corregir, pero en la que sobresale la conmovedora entrega del equipo hasta el final y también cuestiones técnicas frente a uno de los tres mejores seleccionados del planeta.

Un comienzo titubeante fue determinante para que Irlanda se impusiera por 22-19 en el Aviva Stadium, de Dublín, escenario en el que los Pumas nunca se impusieron. Los argentinos se repusieron hasta ponerse a tiro, a punto de que en la última acción del partido recuperaron la pelota en defensa y remontaron toda la cancha hasta ubicarse a 10 metros del try, hasta que prevaleció la defensa local.

El llanto desconsolado de Matías Moroni luego del pitazo final da cuenta de lo dolorosa que resultó la caída. Irlanda es, desde hace cuatro años, consistentemente el mejor de Europa y a la altura de Sudáfrica y Nueva Zelanda, los otros del podio mundial. Es el único equipo del Tier 1 al que los Pumas nunca vencieron como visitantes y la posibilidad estuvo al alcance.

Tras caer ante All Blacks en un duelo deslucido una semana atrás, Irlanda estaba hambriento de revancha, lo que resultó en una batalla de máxima intensidad de principio a fin. Los Pumas perdían por 22-9, pero se pusieron a tiro al inicio del segundo tiempo. La última media hora fue vibrante y los dos conjuntos se entregaron físicamente. En definitiva, la diferencia fue aquel mejor inicio de los irlandeses.

Juan Cruz Mallía escapa de James Lowe camino a un magnífico try, el único de los Pumas en Lansdowne Road; el cordobés fue uno de los destacados entre los argentinos.Peter Morrison – AP

Lo que queda en la retina, al margen del resultado, es la confirmación de que este equipo de los Pumas sigue en franco crecimiento, cada vez más cerca de las máximas potencias. Lo ratifican las victorias que consiguió este año, como sobre Nueva Zelanda y Sudáfrica, afirmación que no merma con esta derrota.

A cinco minutos del final, Irlanda atacaba profundo en el campo argentino, procurando con paciencia definir el partido. Los Pumas no paraban de tacklear, con orden, disciplina y agresividad, buscando la oportunidad de recuperar la pelota. Oportunidad que tomó Joaquín Oviedo, pescando un ruck y dándoles la última posibilidad a los Pumas con un minuto y medio por jugar. Los argentinos ganaron el line-out consecuente y fueron avanzando con bravura. Llegaron hasta los últimos 10 metros ante la vista gorda del árbitro, que omitió un par de acciones límite de los locales, hasta que un rebote en la base del ruck que el referí entendió knock-on puso fin a la ilusión albiceleste.

Joaquín Oviedo fue de los mejores del seleccionado, y de una pesca en un ruck nació el prolongado ataque final que a poco estuvo de propiciar la primera victoria argentina en tierra irlandesa.Peter Morrison – AP

Los Pumas llegaron a esa situación gracias un gran comienzo del segundo período, en el que marcaron su único try, una gran jugada de varias fases con buen envión que Juan Cruz Mallía capitalizó con un muy buen ángulo de carrera para quebrar la defensa y llegar al in-goal. Enseguida, un penal de Tomás Albornoz puso a los Pumas a tres tantos (22-19), con media hora por jugar. De hecho el apertura tuvo el empate en sus pies a los 15 minutos, pero falló un drop cercano, aunque con el equipo en retroceso.

Lo que primó, en definitiva, fue el inicio algo tambaleante de los Pumas. La salida del campo propio volvió a ser el mayor déficit y en la primera acción Irlanda tapó dos despejes. El ataque inaugural del Trébol parecía terminar en try argentino de contragolpe, pero el TMO captó que su autor, Moroni, había cometido una infracción por un golpe de cabeza contra cabeza, de ésos en que la fortuna juega más que la técnica, y entonces los Pumas pasaron de estar virtualmente al frente a jugar con un hombre menos por 10 minutos. La consecuencia fue un lapso de desconcierto que el local hizo pagar con dos tries. Hubo uno más en la primera mitad, también producto de las dificultades para salir con el pie. En cambio, un par de ataques profundos de los Pumas terminó en la nada, en parte por haber insistido excesivamente por el eje profundo con los forwards. Eso incluyó un avance de tres minutos y medio y tres penales en favor.

El ingreso del medio-scrum Gonzalo García (no fue una buena noche de Gonzalo Bertranou) les dio más vértigo a los Pumas. El tucumano fue una de las figuras de un conjunto que tuvo un rendimiento parejo y en el que también se destacaron Oviedo, Pedro Rubiolo, Mallía y Bautista Delguy.

Compacto del triunfo irlandés sobre los Pumas

En la última media hora predominaron el control y la practicidad de Irlanda, que los Pumas contrarrestaron con gran entrega y disciplina. La cifra de apenas 6 infracciones contra 13 del anfitrión refleja la concentración de los argentinos.

“Merecer no alcanza”, reflexionó con autocrítica el capitán, Julián Montoya. La derrota, finalmente, es justa. En este caso, cabe rescatar las formas por sobre el resultado. Queda un escalón más para cerrar un gran año y tomarse revancha: dentró de siete días, Francia representará un desafío similar.

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