(Corresponsalía Buenos Aires) – El reciente distanciamiento entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel genera dudas sobre el futuro político de esta última. Según el analista político Carlos Fara, este quiebre evidencia un liderazgo “verticalista y despiadado” en el seno de La Libertad Avanza, dejando a Villarruel con un rol limitado y estrictamente protocolar. “¿Qué institución, gobernador o intendente se animará ahora a invitarla a un evento oficial?”, reflexionó Fara.
Un espacio político reducido
Para el analista, las posibilidades de acción política de Villarruel parecen haberse reducido drásticamente. “Cualquier gesto autónomo o declaración polémica, como lo del ‘pobre jamoncito’, quedará archivado como una anécdota irrelevante. Milei decidió tronar el escarmiento”, sostuvo. Además, Fara resaltó que la vicepresidenta llegó al poder gracias al impulso de Milei, y no tanto por méritos propios.
“Villarruel debería haber considerado que su imagen positiva estaba ligada al gobierno y a los éxitos que este ha cosechado en su primer año”, añadió el experto. Entre esos logros, se encuentran mejoras económicas y una creciente aceptación internacional de Milei como líder libertario.
La mirada estratégica de Milei
Milei, por su parte, parece estar consolidando su posición internacional tras su reciente participación en el G20 y otros encuentros de alto perfil, como su reunión con el presidente francés Emmanuel Macron. Según Fara, esto marcó un giro en su estrategia global: “El presidente entendió que el G20 es un club selecto con reglas que deben respetarse. Su discurso más moderado lo posiciona como un estadista que aprende rápidamente”.
Este cambio de tono contrasta con el estilo provocador que caracterizó sus primeros meses de gestión, una evolución que también lo aleja de figuras más controvertidas como Villarruel. “Mientras Milei amplía su curva de aprendizaje, Villarruel parece haber quedado fuera de sincronía con el curso de los acontecimientos”, afirmó.
La oposición y las tensiones internas
En este contexto, Fara también analizó el papel de la oposición, destacando su dificultad para encontrar una estrategia efectiva frente al fenómeno Milei. “La oposición no está desorientada porque sea tonta, sino porque aún no sabe cómo posicionarse frente al presidente libertario. Cristina Kirchner, por ejemplo, ha logrado articular mejor su resistencia que otros referentes, como Mauricio Macri”, comentó.
El analista también señaló tensiones dentro del oficialismo, como las disputas entre el gobierno y los gobernadores por el presupuesto, y los fuegos artificiales de propuestas legislativas que buscan controlar la agenda pública. “El gobierno está jugando con símbolos y gestos, pero muchas veces son menos fuego y más artificio”, concluyó Fara.
Con este distanciamiento entre Milei y Villarruel, el panorama político parece estar en constante reconfiguración. La vicepresidenta, que alguna vez fue una figura clave en la narrativa libertaria, enfrenta un futuro incierto mientras Milei consolida su liderazgo en un tablero que cada vez le es más favorable.