El Banco Central de Brasil vendió u$s3.000 millones en efectivo en una nueva subasta este viernes por la mañana, en la séptima operación de este tipo desde la semana pasada y un día después de inyectar u$s8.000 millones en efectivo al mercado cambiario, dijo el organismo en un comunicado.
«En la subasta, el banco aceptó ocho propuestas». Desde el jueves de la semana pasada el banco central ha vendido más de u$s23.750 millones en una serie de intervenciones cambiarias, incluidas ventas spot y subastas de línea (dólares con compromisos de recompra) en medio de la fuerte devaluación de la moneda brasileña por los temores fiscales de los inversores. Tras la subasta, a las 0930 horas locales, el dólar spot cayó un 0,87%, hasta 6,0713 reales en venta.
Los inversores miran con desconfianza las medidas del Gobierno
Mientras tanto, los inversores muestran un creciente escepticismo respecto a las promesas del gobierno de corregir las cuentas públicas y controlar la trayectoria de la deuda. El mes pasado, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva anunció nuevas exenciones fiscales junto con un plan para recortar gastos por 70.000 millones de reales (u$s11.500 millones). Sin embargo, esta iniciativa decepcionó a los mercados, que la interpretaron como una señal de que el mandatario sigue priorizando el crecimiento económico por encima de la estabilidad fiscal de Brasil.
La crisis que ha debilitado al real brasileño reveló una marcada vulnerabilidad en algunas de las mayores compañías del país.
La depreciación de la moneda ha elevado significativamente los costos asociados al servicio de la deuda y las operaciones de las empresas, mientras que el incremento de las tasas de interés locales agrava aún más la presión.
Según un estudio de FTI Consulting para Bloomberg News, entre 33 empresas brasileñas con deuda en dólares analizadas, aproximadamente la mitad muestra niveles promedio de apalancamiento superiores a cinco veces la relación entre deuda bruta y Ebitda. Además, 12 de estas compañías tienen más del 50% de su deuda en dólares.
Firmas altamente endeudadas, como Gol Linhas Aéreas Inteligentes SA y Azul SA, enfrentan mayores costos en dólares mientras generan la mayoría de sus ingresos en reales. Sectores como el inmobiliario, transporte, consumo y minorista son especialmente vulnerables a las fluctuaciones cambiarias, incluyendo los centros comerciales dentro de los activos inmobiliarios, según FTI.
“Las empresas más expuestas a la deuda son las que conviene evitar”, comentó Michel Frankfurt, jefe de la unidad de corretaje de Brasil en Scotiabank. “Están doblemente afectadas por el tipo de cambio y las tasas de interés”.
Para compañías como Azul y Gol, la debilidad del real incrementa los gastos, incluidos los costos de combustible indexados al dólar y los pagos de arrendamientos denominados en esa moneda. Sin embargo, las perspectivas de la divisa son inciertas. Los inversionistas, que ya llevaron al real a mínimos históricos por las dudas sobre la capacidad del gobierno para controlar el gasto, también deberán enfrentar el posible retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, lo que podría fortalecer aún más al dólar.
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En el mercado de divisas, por ejemplo, una transacción spot implica la compra o venta de una moneda para entrega y liquidación generalmente dentro de dos días hábiles.
Si el real se mantiene en estos niveles o se deprecia aún más, las reestructuraciones empresariales serán cada vez más probables, advirtió Luciano Lindemann, director gerente sénior de FTI Consulting.
El real podría depreciarse hasta niveles de entre 6,70 y 7 reales por dólar, según Ioana Zamfir, estratega de Morgan Stanley, quien destacó los riesgos asociados a los planes de gasto del gobierno.
De acuerdo con FTI Consulting, si el tipo de cambio alcanza los 6,50 reales por dólar, el apalancamiento bruto promedio en los sectores más sensibles podría aumentar a 13 veces el Ebitda. Este cálculo considera únicamente el impacto de la depreciación de la moneda y no incluye posibles coberturas naturales provenientes de ingresos en dólares estadounidenses, que podrían atenuar los efectos de la devaluación.
Sin embargo, los analistas advierten que las intervenciones extraordinarias del Banco Central de Brasil, que en la última semana intensificó sus esfuerzos para estabilizar la moneda, ofrecen solo un alivio temporal.