La transformación es tal que son muchos los que juegan con la analogía de la película “La sustancia”. En esta distopía, uno de los grandes éxitos del 2024, el personaje de Demi Moore, una conductora a la que la industria descarta cuando cumple 50 años, descubre un procedimiento que le permite dar vida a una versión suya más joven, más fresca, más radiante. Una versión mejor.
Y eso mismo parece estar sucediendo entre varias personalidades de Hollywood. Luego de años de ver sus rostros cada vez más inflados y artificiales a causa de los tratamientos inyectables, sus últimas apariciones han dejado al mundo con la boca abierta: no solo recuperaron sus facciones originales, sino que incluso las mejoraron y algunas hasta parecen haber rejuvenecido 20 años. Mientras TikTok, Instagram y Twitter fantasean con la idea de que son clones o que hicieron uso de “la sustancia”, he aquí el análisis de algunos profesionales de la estética de la salud. Como diría Mirtha, “¿quién les hizo la carita?” O, más específicamente, ¿qué se hicieron?
El regreso del lifting
Quien lidera la lista de estas transformaciones, gracias al enorme contraste entre sus fotos de hace apenas un año y las de hoy, es la actriz Lindsay Lohan, conocida por éxitos como “Juego de gemelas”, “Un viernes de locos” o “Chicas pesadas”, pero también por su problema de adicción a las drogas. Esto último le generó casi una década de verse demacrada primero y, posteriormente, presa de malas decisiones estéticas que la llevaron a transformar su rostro. Sin embargo, en sus últimas apariciones en público lo que se vio fue a la chica rozagante y angelada de sus 20. Con una piel tersa e impoluta pero perfectamente natural, como si el tiempo no hubiera pasado.
“En los últimos años ha habido un boom en los tratamientos con rellenos e inyectables que, si bien han sido útiles, al hacerse en exceso generaron caras artificiales. Hoy las pacientes quieren verse los rasgos más rejuvenecidos, saludables, pero sin que se note que se han hecho cosas”, ilustra el cirujano plástico Pablo Sánchez Saizar.
¿Y cómo lograr este efecto después de años de rostros inflados? Acudiendo a la versión más evolucionada del lifting: el “deep plane lift”, una técnica que trata las capas que están por debajo de la piel. “Tenemos capas de grasa y de músculos que también contribuyen a los signos de envejecimiento. Al tratarlas de manera más efectiva logramos mejores resultados, que durarán más en el tiempo. Esto brinda un efecto mucho más natural porque no se realiza toda la tracción en el nivel de la piel”, explica el doctor, uno de los pocos especialistas del método en el país.
Otra figura que parece haber recurrido a este procedimiento es Madonna. Reconocida en años anteriores por su cara redonda y sus pómulos inflamados, recientemente apareció en escena con un rostro mucho más delgado y natural. Según los expertos, seguramente, además de someterse a una cirugía, en forma previa fue tratada con una disolución de los rellenos. Este procedimiento se realiza con una enzima llamada hialuronidasa, que trabaja disolviendo la sustancia utilizada para dar volumen.
El rostro de Ozempic
También en estos cambios extremos entra en juego Ozempic, la droga médica del momento que ofrece increíbles resultados para adelgazar (la sustancia que contiene es semaglutida y está indicada para el tratamiento de la diabetes, aunque también se utiliza para bajar de peso). Tal vez uno de sus ejemplos más claros sea el de Christina Aguilera, quien lució una figura nueva en tiempo récord, para luego complementarla con un rostro radiante y rejuvenecido. Es que el descenso de peso rápido afecta al cuerpo, pero también al rostro, que en ocasiones puede parecer consumido. “En Estados Unidos esto ha comenzado a llamarse ‘Ozempic face’, porque genera un envejecimiento prematuro. Y por esto también han aumentado las consultas por liftings”, describe Sánchez Saizar.
Esta flacidez que aparece repentinamente en la piel también puede tratarse con tratamientos no invasivos si no se quiere llegar al bisturí. Muchos de esos tratamientos que se utilizan en el mundo, ya están entre nosotros. “Ultheraphy, Thermage, Emface o Accent Prime son tratamientos que ayudan a generar cólageno y lograr un tensado de la piel”, describe la doctora Ana Bogado, directora médica de Fimedical junto con la doctora Lorena Stubrin.
Tampoco puede obviarse a los bioestimuladores, otro término del que se está hablando mucho. Se trata de sustancias que se inyectan en la piel para estimular la producción natural de colágeno, elastina y fibroblastos dérmicos. Estos componentes ayudan a mantener la piel firme y elástica y a darle un aspecto más juvenil. Los nombres más conocidos en este rubro son Radiesse, Sculptra y Prophilo. “Este tipo de tratamientos permiten mejorar la flacidez tanto facial como corporal lógicas luego de un gran descenso de peso”, agrega la especialista.
Los rellenos, en tanto, han quedado reservados solo para los casos en los que sea necesario por pérdida de volumen. Los bioestimuladores, los métodos de anclaje y la toxina botulínica para atenuar líneas de expresión son grandes aliados estéticos antes de llegar a la cirugía. “Seguramente estas estrellas de Hollywood han recurrido a tratamientos con láser, radiofrecuencia y ultrasonido microfocalizado para mejorar la calidad de la piel”, agrega Bogado.
Volver a las bases
¿Quiénes más han sorprendido con sus nuevas imágenes? Demi Moore (que no hace mucho fue muy criticada por sus pómulos desproporcionados, en un desfile de Fendi), Shania Twain (que se ve más juvenil ahora que cuando cantaba “Man! I Feel Like a Woman!”) y Donatella Versace (cuyo rostro se ha modificado por completo en el último mes).
Son también la muestra más cabal de que el paradigma está cambiando. La tendencia actual es una belleza natural, en la que no se noten los cambios y la sensación general sea más parecida a “qué bien que estás”. “Se busca ir hacia los tratamientos que permitan mantener el aspecto joven y saludable tanto del rostro como del cuerpo”, apunta la doctora Bogado.
Y en esa línea, también ha bajado la edad de los pacientes que se realizan este tipo de procedimientos, los no invasivos pero también las cirugías. Es que, al final, el cambio es mucho más orgánico cuando sucede para contrarrestar los primeros efectos del envejecimiento, en lugar de hacerlo hacia los 60 o 65 años, con estos ya instalados. “Hoy vemos consultas a edades más tempranas, a partir de los 40 o 45. Esto permite un rejuvenecimiento paulatino. Ya no se trata de ser jóvenes de un día para el otro, sino de lograr resultados mejores y mucho más naturales”, detalla el doctor Sánchez Saizar.
Recuperar la frescura de los 20 ya no parece una cruzada imposible. Gracias al avance de la tecnología médica, la fuente de la eterna juventud parece más cerca que nunca. Seguro serán muchos los que harán fila para beber de ella.