martes, 11 febrero, 2025

Dejó los AirPods en el avión, los rastreó por GPS y se los había llevado una empleada de limpieza: la despidieron

La familia proveniente de Cañuelas viajaba a bordo del vuelo AR1307 de Aerolíneas Argentinas rumbo a Buenos Aires. El avión aterrizó el 12 de enero a las 7.30 de la mañana. Bajaron, salieron de la manga y encararon el pasillo que los llevaría a Migraciones. Todavía estaban entusiasmados por el viaje hasta que, en medio del camino, el hijo mayor del matrimonio advirtió que había dejado los AirPods, que había comprado hace menos de una semana, en el bolsillo portaobjetos delantero de su asiento.

El olvido en la fila 15C de la aeronave de Aerolíneas Argentinas marcó el inicio de esta historia. La búsqueda del par de auriculares negros, marca Apple, modelo AirPods Pro, valuados en 700 dólares, derivó en una denuncia y un allanamiento en La Matanza. ¿Cómo se desencadenó este periplo? Laura (48), la mamá del adolescente, dueño de los auriculares olvidados, comparte su testimonio con Clarín.

Cuenta que no les permitieron regresar al avión porque les informaron que alguien del check-in de aerolíneas debía acompañarlos al área de “objetos perdidos”. De lo contrario, se registraría el reclamo. ¿Por qué? Dentro del avión ya estaba trabajando personal de limpieza. “La búsqueda fue inútil ya que se habían retirado todos de la aerolínea”, expresa Laura.

Lo llamativo era que, al buscarlos con el rastreador, los AirPods seguían figurando dentro del aeropuerto. Sin embargo, con el correr de las horas alguien los tomó y los trasladó a otro lugar. «Fueron hurtados». Así lo califica la denuncia que más tarde radicaría en la Guardia de Prevención de la Unidad Operacional de Seguridad Preventiva Ezeiza.

Es que la última localización indicó que estaban fijos en Emilio Zola y Garibaldi, en Villa Luzuriaga, partido de La Matanza. De hecho, desde las 3 AM del 13 de enero hasta las 9.06 del 16 del mismo mes, seguían impactando allí.

Los AirPods Pro tienen un valor de 700 dólares en EEUU.

“Pese a haber enviado el aviso de robo al dispositivo y éste generar un pitido insoportable para el oído humano e indicar un número telefónico de contacto para su devolución; pasados unos minutos deja de hacerlo si no lo vuelvo a accionar. Eso lo hice más de 15 veces y nadie me llamó, aun figurando activos”, describe Laura.

Rastreo y allanamiento

“A los dos días se contactaron conmigo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) para hacerme unas preguntas y pedirme que no perdiera contacto con el dispositivo que estaban investigando. También me dijeron que necesitaban que realizara la denuncia formal físicamente en la dependencia del aeropuerto de Ezeiza. Así lo hice”, conversa Laura con Clarín.

Luego de investigar y cruzar información (datos de domicilios de los empleados que limpiaron el avión aquel día), el 30 de enero se descubrió dónde estaba el dispositivo y quién lo había secuestrado: una empleada de limpieza. Con una orden de allanamiento, se desplegó un operativo en la casa de esta mujer con el objeto de recuperar los auriculares que hoy ya están en manos de su dueño. La empleada fue despedida.

“El servicio de limpieza no es propio sino que está tercerizado. Cuando el avión aterriza, ingresan los empleados de la empresa prestadora del servicio. Los objetos encontrados deben ser reportados y se libra un acta. De ahí, quedan en custodia del área de equipaje o de la oficina de hallazgos de la PSA», responden desde Aerolíneas Argentinas ante la consulta de Clarín.

Y amplían: «en cualquier caso, si el pasajero realiza el reclamo de un objeto perdido, se emprende una búsqueda. Si resulta infructuosa, la empresa eleva el reclamo a la autoridad aeronáutica competente (en este caso PSA) que realiza una investigación con cámaras de seguridad e inspecciones”,

Valija enviada a domicilio

Un capítulo aparte protagonizó una valija perdida dentro del mismo vuelo. En este caso, Laura era su dueña. Fue durante el regreso, en el aeropuerto de Miami. “Por error de quien me tomó el equipaje, a una de mis valijas no le pusieron la tira identificatoria con mis datos cuando las despaché. Al retirar el equipaje, me di cuenta de que faltaba una. Pero no tenía ningún comprobante para reclamar más que mi palabra. Nadie podía tomarme el reclamo en esas condiciones en el aeropuerto”, recuerda.

En el vuelo había sobrado un carry on que no era suyo, pero estaba vacío. Esa misma noche, presentó el reclamo en la web y el WhatsApp de Aerolíneas. “Envié la imagen de mi hijo con la valija en la mano durante el checkin. Y mencioné que la valija estaba sin combinación ni candado. También, detallé 10 cosas que había en su interior. Luego, me llamaron del área de ‘recupero de equipaje’ para decirme que con todos los datos pudieron localizarla y me la enviaron a domicilio al día siguiente”, dice aliviada.

“A diferencia de los objetos perdidos a bordo, este tipo de reclamos tiene otro protocolo. Se canaliza a través del sistema de autogestión”, resumen desde Aerolíneas.

MG

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