A pesar de la cercanía entre Javier Milei y su par de Ucrania, Volodimir Zelensky, la Cancillería se vio forzada a cambiar el rumbo de su política exterior a fin de mantener la cercanía con Washington tras la asunción de Donald Trump. Sin embargo, el lunes 17 de marzo, el jefe de Estado argentino mantuvo una conversación telefónica definida como «cálida» con el presidente de Ucrania, según informaron fuentes oficiales.
Durante la charla, «los mandatarios dialogaron sobre la relación bilateral y el proceso de paz entre Ucrania y Rusia». Milei agradeció además «la solidaridad expresada por Zelenski por la tragedia sucedida en Bahía Blanca«, según consignó Presidencia mediante un breve comunicado en su cuenta de X (ex Twitter).
Las conversaciones se dieron luego de que el Gobierno argentino modificara días atrás su posición internacional y se abstuviera de respaldar una resolución en la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU) que le exigía a Rusia retirar «de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares» del territorio ucraniano. La resolución de la entidad, que sí contó con el apoyo europeo y reiteró el «compromiso con la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de Ucrania», fue aprobada con 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones.
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Y es que la gestión estadounidense de Donald Trump generó un importante golpe de timón en torno al conflicto Ucrania-Rusia, ya que se despegó del país invadido, con críticas directas a Zelenski, a quien Trump definió como un «dictador» por no haber llamado a elecciones el año pasado. En paralelo, el republicano se acercó al mandatario ruso, Vladimir Putin, con la intención de llegar a un acuerdo para ponerle fin al conflicto, debido al elevado gasto económico que representa para Washington el auxilio a Ucrania, el cual consistió en el envío no sólo de millones de dólares, sino también de armamento y aeronaves militares.
“Rusia está haciendo todo lo posible por sabotear la diplomacia”
Cuáles son las condiciones que pone Rusia antes de firmar el alto al fuego con Ucrania por 30 días
A pesar de las reuniones entre Trump y Putin, en las que se buscó llegar a un acuerdo que permita detener el conflicto bélico, aún resta que se den algunas cosas para concretar el arreglo. En este sentido, el mandatario del Kremlin afirmó estar de acuerdo con la «propuesta de cese de hostilidades», pero bajo ciertas condiciones: «Debe conducir a una paz duradera y eliminar las causas subyacentes de esta crisis», señaló.
Según publicó la agencia Reuters, Rusia presentó al nuevo Gobierno de Trump exigencias «amplias y similares a las demandas que presentó anteriormente a Ucrania, Estados Unidos y la OTAN». Entre estas: Kiev no debe adherirse a la OTAN, un acuerdo para que no se desplieguen tropas extranjeras en Ucrania, la desmilitarización del país, y el reconocimiento internacional de la soberanía rusa de Crimea y las otras cuatro provincias del este anexadas por Rusia.
Existe otro tópico “caliente” y de gran interés para Putin: la región rusa de Kursk, que fue invadida por tropas ucranianas. Desde el Kremlin indicaron que recuperaron casi la totalidad de la región, pero les interesa que “le aseguren” que los 30 días de tregua “no sean usados por Ucrania para rearmarse”.
Además, aparece un interrogante fundamental: ¿quién se va a asegurar de que, genuinamente, se respete el alto al fuego? Aún no está claro cómo se llevará a cabo dicho control. Según se difundió, Putin “estaría poniendo exigencias excesivas para sacar del medio a Ucrania y negociar directamente con Estados Unidos”.
TC/ML