No uno sino dos problemas enfrenta Pampita en su reentré amorosa con Martín Pepa. Dos verdaderos inconvenientes de magnitud, como contaron en Mujeres Argentinas, el polémico programa de la no menos controversial María Belén Ludueña, acusada hasta por Laura Ubfal de tener «cada vez menos chicas y cada vez más varones» en un ciclo cuyo título indica totalmente lo contrario.
Allí, en ese segmento de las mañanas de Canal 13, tocaron el tema que sorprendió al mundo farandulero por estos días: la vuelta de Pampita con el polista un mes y medio después de que anunciaran la ruptura (el mismísimo 9 de julio) porque la distancia se les había vuelto un enemigo medio insalvable. Ella vive en la Argentina -donde están sus hijos y gran parte de sus trabajos- y él pasa mucho tiempo entre los Estados Unidos e Inglaterra, donde están asentadas sus relaciones con el mundo del polo y de los equinos.
Pero como decía la canción, el amor fue más fuerte: «Nos dimos cuenta de que nos extrañábamos un montón y de que la única manera de resolver ese sufrimiento era viéndonos. Entonces yo viajé a Estados Unidos y nos reencontramos, y además de reencontrarnos decidimos que vamos a tratar de vernos más seguido y por más tiempo y de disfrutarnos un poco más. Sí, volvimos porque tenemos ganas» confesó Pampita con una sonrisa de oreja a oreja. O un poco menos, porque eso es imposible.
Sin embargo, no todas son rosas en el camino de la modelo hacia la felicidad y el amor placentero. Y no, porque en Mujeres Argentinas contaron cuáles son los dos escollos que enfrentan ahora. Por un lado, la familia de él. Por el otro, el ambiente del polo. «Hay mucha gente contenta con esta vuelta de Pampita y Pepa. Mucha gente anómina que la quiere bien, sus amigas que la ven feliz, sus colegas, sus copañeros, un montón. Pero donde no hay alegría es en la familia de él. Ellos no la querien» aseguraron en el ciclo del canal de Constitución.
LOS DOS DRAMAS QUE ENFRENTA PAMPITA EN SU VUELTA AMOROSA CON MARTIN PEPA
«Cuando se habla de la familia las miradas están dirigidas al hermano de Pepa, porque es un hombre que hace negocios con el tema de los caballos y no quiere ser mediático. Hubo una reunión a la que Pampita llevó a las amigas y resulta que se pidió que no se subieran fotos, pero se lo pidieron a Pampita, y las que subieron las fotos fueron sus amigas, y como esas fotos llegaron a algunos medios hubo enojos porque alguna gente que dijo «che, qué hago yo ahí, yo no quería salir en ningún lado» apuntaron.
«Pero tampoco gustó la noticia en el ambiente del polo» siguieron. «Y ahí el enojo tienen nombres y apellidos. María Vázquez, que no se puede ni ver con Pampita desde la época del Rayo, o sea de cuando compartieron programa, y su esposo Adolfo Cambiasso. Ella es la «first lady» (algo así como la «Primera dama») del polo, y a las personas que hacen negocios con este deporte parece que no le gusta o directamente rechaza algo que genere tanto ruido. Para ellos, que son de Los Hamptons o de Windsor, es grasa o groncho todo eso» completaron. Mejor prevenir que llorar, Pampita.