miércoles, 24 septiembre, 2025

Celulosa Argentina fue vendida por un dólar: buscan reactivar la producción y saldar una deuda millonaria

En diálogo con Canal E, Luis Quevedo, gerente general de UDEBA, analizó la venta simbólica de Celulosa y el nuevo rumbo de la compañía bajo el mando de Esteban Nofal, en un contexto de deuda millonaria y crisis estructural del sector.

Una venta simbólica para enfrentar un pasivo millonario

La empresa está concursada, en un virtual cese de actividades, porque sus plantas de Capitán Bermúdez y Zárate no están produciendo papel”, explicó Quevedo, quien detalló que la adquisición se realizó “a cambio de un dólar, que es un precio simbólico”.

La operación incluye el 45,5% del capital social, ahora en manos de Esteban Nofal, hijo del fundador de Torneos y Competencias, Luis Nofal. Según Quevedo, el nuevo control busca “sanear el pasivo de 128 millones de dólares y empezar a producir más para la exportación y también para la demanda interna”.

El anterior grupo controlador, el Fondo Tabicua, vinculado al empresario y político Juan Manuel Urtubey, deja así la conducción de la firma. Para Quevedo, este traspaso representa una oportunidad: “Que se destrabe Celulosa es una buena noticia porque va a contribuir a la mayor competitividad de los papeles nacionales”.

“El papel dejó de ser estratégico, pero sigue siendo fundamental”

Es una de las tres empresas productoras de papel del país”, recordó Quevedo, aunque advirtió que el contexto global ha cambiado: “El papel ha dejado de tener esa característica de bien estratégico”. Aun así, destacó su peso actual en la industria editorial: “El negocio editorial sigue basándose en el soporte papel, en los libros producidos de manera tradicional”.

Respecto al modelo de negocios, fue crítico: “Las empresas papeleras se financian en los circuitos de crédito aunque han vendido todo lo que han producido durante años”, y vinculó esa dependencia financiera a los altos costos locales.

En la Argentina se pagan más impuestos que en ningún otro país del mundo para producir las mismas cosas”, afirmó, comparando con Brasil y China. Además, destacó el impacto de la macroeconomía: “Los desajustes macroeconómicos pegan muy fuertemente sobre este tipo de producción”.

En un contexto de sobreoferta global, altos costos logísticos y presión impositiva, el desafío de Celulosa será reposicionarse como actor competitivo, mientras intenta reactivar dos plantas paralizadas y refinanciar su deuda.

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