YPF es la líder indiscutida del mercado argentino y tiene el 55% de la participación. Shell promedia el 22% y Axion completa el podio con el 14%. Puma creció y llegó al 6%. El 3% restante se lo reparten otras compañías y refinadoras regionales.
En los últimos cinco años, el mercado argentino de combustibles transitó complejas dinámicas marcado por la intervención estatal, la volatilidad macroeconómica y la necesidad de las operadoras de redefinir sus estrategias. Un análisis pormenorizado de la evolución de la participación de mercado (market share) entre 2020 y 2025 revela cuáles lograron capitalizar las oportunidades y quiénes cedieron terreno en este sector altamente concentrado.
Según datos de la Secretaría de Energía, la petrolera de bandera, YPF, se mantuvo en el citado lustro como el actor dominante y el principal referente de precios y abastecimiento.
En 2020, YPF ya concentraba una cuota de mercado cercana al 55%. Este liderazgo se vio incluso reforzado durante los períodos de mayor intervención estatal y congelamiento de precios, donde su participación se elevó a cerca del 57%.
Esta subida temporal reflejó la capacidad de YPF para sostener el suministro y absorber las presiones regulatorias. Sin embargo, a medida que el mercado se fue normalizando y los precios se recompusieron, su market share se estabilizó nuevamente en torno al 55% entre 2024 y 2025, demostrando la solidez estructural de su red y su penetración territorial.
La batalla por el segundo puesto
Las dos principales competidoras de YPF experimentaron una evolución marcada por la adaptación estratégica. Shell, que en 2020 ostentaba cerca del 23% del mercado, sufrió una contracción durante los años de fuerte regulación y caída de la rentabilidad, llegando a descender a un 21%. No obstante, una estrategia enfocada en la oferta de combustibles premium y la inversión en la modernización de sus tiendas de conveniencia le permitió recuperar parte de lo perdido, estimándose que su participación se estabilizó en un 22% en el período más reciente.
Por su parte, Axion Energy inició el quinquenio con aproximadamente el 14% del mercado. Al igual que Shell, experimentó una ligera retracción, con su cuota cayendo al 13% entre 2022 y 2023. Su respuesta competitiva se centró en la modernización de su red de estaciones y en la integración del negocio de conveniencia. Esta estrategia le permitió recuperar la senda del crecimiento, volviendo a ubicarse cerca del 14% de participación hacia 2025.
El crecimiento más significativo en términos relativos lo protagonizó Puma Energy. Partiendo de una cuota estimada del 5% en 2020, la compañía ha logrado una expansión sostenida que la ha llevado a consolidarse como el cuarto jugador del mercado, alcanzando cerca del 6% de participación hacia 2025.
Este crecimiento gradual fue clave para reconfigurar la distribución de fuerzas en el sector que, más allá de los cuatro grandes actores. Según consignó el portal surtidores.com.ar, el resto de las compañías, entre refinadoras regionales y operadores de menor escala, mantuvieron una participación conjunta cercana al 3 por ciento, sin variaciones significativas a lo largo del período. El comportamiento de mercado deja expuesto que en los últimos cinco años muestran que el market share dejó de ser una variable exclusivamente asociada al precio.
Competencia y concentración
El análisis confirma que el mercado de combustibles argentino se mantiene extremadamente concentrado, con más del 90% de las ventas en manos de las citadas cuatro grandes compañías.
La competencia, si bien influenciada por la política de precios, se desplazó hacia factores de valor agregado. La capacidad financiera para sostener las operaciones, la solidez en la logística de distribución y la oferta de servicios complementarios en las estaciones se han vuelto determinantes.
En conclusión, mientras YPF mantiene su hegemonía con una participación que oscila en torno al 55%, la dinámica competitiva se concentra en la lucha por la rentabilidad y la fidelización del cliente entre Shell, Axion y Puma, siendo esta última la que ha demostrado el mayor crecimiento relativo en el último lustro. Pensando en 2026, las compañías ajustan sus estrategias al nuevo escenario.